El milagro de la arena de Cuenca

"Aquí está, la obra de arte". Manuel Serrano, ingeniero agrónomo de 53 años, caminaba ayer eufórico sobre el césped del Martínez Valero, en Elche, donde España se enfrenta mañana a Ucrania. Serrano estaba satisfecho con su trabajo: la transformación, en apenas 20 días, de un pésimo terreno de juego en otro nuevo y, según el ingeniero, casi perfecto. Si bien ayer el representante de la selección, el preparador de porteros, José Manuel Ochotorena, rebajaba la euforia. "El campo está bien cuajado, pero se tiene que juntar más. Mejorará hasta llegar al partido", dijo Ochotorena, enviado el domingo por el seleccionador español, Iñaki Sáez, para inspeccionar el terreno.

El Elche ha tenido que actuar a un ritmo frenético desde que saltó la alarma el 16 de agosto, en el Elche-Barça de pretemporada. Se vio un estado penoso de la hierba y Sáez, que vio el encuentro en Valencia por televisión, se llevó las manos a la cabeza. Pidió que lo arreglaran. Y rápido.

Lo primero que hizo el Elche fue levantar 40 centímetros de tierra arcillosa, evacuada por 60 camiones en 48 horas. Una vez alcanzada la zona de piedra, Serrano mandó colocar 20 centímetros de grava gruesa, otros 15 de grava fina, y 15 centímetros de arena de sílice de Cuenca y de Segovia. "La arena de sílice es de grano grueso, completamente neutra para evitar la reacción de las raíces", explica el ingeniero. Todo listo para aplicar las placas de césped. Los tepes llegaron de Cáceres y son de 4,5 y 5 centímetros de espesor, para evitar que los futbolistas puedan moverlos con sus bruscas maniobras.

El Elche no ha reparado en gastos. Ha invertido 400.000 euros en esta reforma, un "pequeño agujero económico", dice el presidente de la entidad, Ramón Sánchez, que, sin embargo, consideraba necesario para remozar un estadio de 1975. "Después de la pasada final de la Copa del Rey, hubo un deterioro del césped", admite el nuevo presidente, que entró hace dos meses. El club, con todo, espera recuperar parte de lo invertido con lo que le corresponde por la publicidad del partido de España, los derechos televisivos y la venta de entradas (ayer se había vendido el 80% del aforo, 37.000 localidades).