Navarro cambia el signo
España derrota a Serbia en un partido áspero y exigente y se clasifica directamente para los cuartos de final
Los signos de los nuevos tiempos se plasmaron en el final del partido más áspero y exigente de los que España ha resuelto con un pleno de victorias que le sitúan directamente en los cuartos de final. La frustración y la incapacidad que transmitió la selección de Serbia era calcada a la que durante tantos años hizo presa de los jugadores españoles cuando se enfrentaron al equipo balcánico. En cambio, el grupo que dirige Moncho López superó ayer los malos momentos, cuando se le atravesó la tremenda intensidad de la defensa serbia y recibió un parcial de 13-0 que le llevó a estar muy abajo en el marcador: 21-11. Supo mantener después una lucha a brazo partido, desgastar a su rival y propiciar que se desquiciara y provocara una pelea barriobajera luego de una entrada de Jaric a Gasol más propia del kárate que del baloncesto y que se saldó con falta descalificante para tres jugadores por bando. A la hora de decidir, Garbajosa, Gasol y, sobre todo, Navarro sacaron a relucir el instinto asesino, el descaro, la fortaleza mental y el acierto que caracterizaba precisamente a los yugoslavos.
SERBIA 67 - ESPAÑA 75
Serbia: Jaric (18), Stojakovic (25), Gurovic (1), Drobnjak (7), Koturovic (10); Vujanic (5), Ostojic (1), Advalovic (0) y Vuckcevic (0).
España: Calderón (3), Navarro (22), Jiménez (2), Garbajosa (10), Gasol (20); Marco (10), Felipe Reyes (4), De la Fuente (4), Herreros (0), Grimau (0) y Bueno (0).
Parciales: 23-14, 15-18, 14-19 y 15-24.
Árbitros: Lamonica (Italia) y Roman (Eslovenia). Eliminados por faltas personales: Koturovic (m. 32), Ostojic (m. 36) y Gurovic (m. 39).
Scaniarinken de Sodertalje: unos 4.500 espectadores.
Al alero no le falta ni descaro ni acierto. Su mano fue letal: 22 puntos, nueve en el último cuarto
A Serbia le iba media vida en el partido. Compareció con su cara más fiera y su ya clásica maestría en el planteamiento de los encuentros importantes. Todo era poco para evitar la derrota y el castigo que significa apechugar con el desplazamiento a Boras, a más de 400 kilómetros de Sodertalje, para disputar hoy, allí, un cruce de los octavos de final. No parecía el equipo anárquico y tan por debajo de sus posibilidades de los días precedentes. Para desbancar del primer puesto a España, debía ganar por nueve puntos y para relegarla al tercer puesto por más de 13. Lo intentó y sus jugadores recordaron por momentos, no por la brillantez, pero sí por la garra y su magnífico funcionamiento táctico, a la selección que tantos y tantos títulos ha conquistado. Entre otros, el último Mundial y el último Europeo.
Superar la prueba refuerza y amplía el crédito con el que España había llegado a Suecia. Más allá de las numerosas ausencias de varias estrellas, los serbios mantienen un excelente equipo, con tres jugadores de la NBA en el cinco inicial. Vencerles tras tantas dificultades, tras un partido tan trabado, que dominaron durante prácticamente los tres primeros cuartos, es un inmejorable indicio para la joven selección española.
La superioridad defensiva inicial de Serbia trastocó la dinámica del juego de los españoles, que no acertaron a hacer valer la superioridad de Gasol ni la del resto de sus pívots. Es en esta posición en la que más cojea el equipo serbio. Sólo Drobnjak da la medida. Pero Gasol tuvo muchos problemas para recibir y tampoco le entraron a sus compañeros los tiros de larga distancia mientras que Stojakovic no tenía excesivos problemas para anotar. España no se encontraba a gusto en la pista y la estadística lo reflejaba con valores insólitos como el hecho de que Gasol, llegado el descanso, todavía no hubiera capturado siquiera un rebote o como las 11 pérdidas de posesión que sufrió el equipo que andaba en un paupérrimo 37% de acierto en el tiro.
Una serie de jugadas en transición rápida protagonizadas por Navarro y Marco y una defensa que atornilló mucho mejor a los serbios marcaron el punto de inflexión tras el descanso. Gasol empezó a sentirse más a gusto, De la Fuente le echó el lazo a Stojakovic. Los serbios, sin apenas banquillo, acusaron el desgaste y perdieron a tres jugadores por faltas. También perdieron equilibrio en el ataque. A Gurovic no le entraba una y la defensa española provocó varias veces que las largas posesiones del rival ni acabaran siquiera en un lanzamiento. Obligados a cerrarse en la defensa sobre Gasol, sufrieron tres triples consecutivos de Calderón, Navarro y Garbajosa que abrieron el camino del triunfo a España.
Navarro, en su desigual emparejamiento con Gurovic, se encargó de arruinar a los serbios. No le falta al alero ni descaro ni acierto en los instantes más calientes de los partidos. Su mano fue letal porque endilgó a los serbios 22 puntos, nueve de ellos en el último cuarto, en los instantes decisivos, una prueba de lo mucho que han cambiado las cosas en un equipo que no puede encarar mejor los cuartos de final, el próximo jueves, contra el vencedor del partido de los octavos entre Eslovenia e Israel.
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