"Dalí tenía madera de gran escritor"
En un mes se dará el pistoletazo de salida al Año Dalí, que durante 2004 celebrará el centenario del nacimiento del artista ampurdanés. Buen momento para leer una de las mejores biografías sobre el pintor, escrita por Ian Gibson: La vida desaforada de Salvador Dalí, que se centra en sus periodos menos conocidos.
Casi todo el mundo tiene su propia opinión sobre Dalí, artista popular donde los haya y uno de los grandes showman que ha tenido este país. En la mente se cruzan imágenes de sus pinturas mil veces reproducidas con las fotografías del "genio" autoproclamado que poblaban periódicos y revistas. Pero pese a que nunca, ni muerto, ha dejado de estar en el candelero, el interés por el artista alcanzará cotas estratosféricas a partir de octubre cuando empiecen los homenajes por el año de su centenario de nacimiento (Figueras, 1904-1989).
El hispanista Ian Gibson publicó en 1998 en Anagrama una de las biografías de Salvador Dalí más celebradas por la crítica, que además se lee como una novela y que se centra en los periodos menos conocidos del artista, desde su formación hasta su estancia en Estados Unidos en los años cuarenta. Ahora las más de ochocientas páginas de La vida desaforada de Salvador Dalí en bolsillo es una nueva oportunidad de conocer uno de los estudios más rigurosos, polémicos, documentados y, por qué no, interpretativos, de la vida de Salvador Dalí.
PREGUNTA. ¿Ha cambiado algo el libro para esta edición?
RESPUESTA. Sólo ha sido posible corregir erratas y tratar de restituir algunos matices perdidos, inevitablemente, en la traducción.
P. En su libro presenta a un Dalí que, con ser todo un gran artista, no era un ser especialmente "original" en el sentido plástico del término. ¿Hasta qué punto era o no innovador en relación a otros creadores de su entorno?
R. Tenía una facilidad extraordinaria para asimilar las maneras de otros pintores, empezando con los impresionistas y pasando luego por De Chirico, Morandi, Picasso, Tanguy, Ernst, Miró y otros. Le costó trabajo hallar su propia "voz". Creo que la encontró en los cuadros como La miel es más dulce que la sangre (del cual sólo hay un estudio y una fotografía en blanco y negro), Cenicitas o Los primeros días de la primavera, donde se aprecian elementos procedentes de diversos antecedentes pero también una nota inconfundiblemente daliana. ¿Cuál? Esta angustia, esta soledad que impregnan sus playas y sus acantilados. Y esta brutal sexualidad. Y su utilización de la imagen doble.
P. ¿Hubiera escrito la biografía de Dalí si no hubiera trabajado antes en la de García Lorca?
R. Mi biografía de Dalí procede de la de Lorca. Al trabajar sobre el poeta granadino y darme cuenta de la enorme importancia, para ambos, de aquella amistad, no pude sino empezar a investigar con detenimiento a Dalí, cuya obra por otro lado me fascinaba, por lo menos la del Dalí joven. La posterior me sigue interesando mucho menos.
P. ¿Queda mucho por descubrir?
R. A mí me deslumbra el Dalí joven, el surrealista, el que, a mi juicio, se acaba en 1940 cuando tiene 36 años y se va con Gala a Estados Unidos, donde se quedan ocho años antes de volver a Europa ya muy cambiados. Queda mucho por decir sobre aquel Dalí joven. Por ejemplo, era compulsivo redactor de cartas y la enorme mayoría de éstas no se han publicado todavía, entre ellas, las más de cien, de mucho contenido teórico, que dirigió al crítico catalán Sebastià Gasch. Tampoco se ha publicado su correspondencia con Breton, dividida, ¿quién lo diría?, entre Edimburgo y París. Hasta que no se edite la correspondencia de Dalí, que me imagino nunca será el epistolario completo, no le conoceremos tanto como queremos. Otra cosa, el pintor redactó La vida secreta de Salvador Dalí en francés, y las ediciones que tenemos, incluida la española, son traducciones de la versión inglesa del original. Es una situación absolutamente aberrante. Los manuscritos están en la Fundación Gala-Salvador Dalí desde la muerte de Dalí y todavía no se han publicado. Es penoso. No sé si saldrán el año que viene. Yo espero, con todo, que el Año Dalí contenga algunas sorpresas. Si no, será una decepción.
P. ¿Qué opina sobre el hecho de que la gran exposición del Año Dalí se celebre en Venecia y no en España? ¿Se conocen en España sus mejores obras?
R. Creo que lo normal sería que la exposición se viera primero en Madrid y Barcelona y luego viajara por allí. En cuanto a las mejores obras, muchas de ellas están fuera, mayormente en el Museo Dalí de Florida. Con lo cual se puede decir que en España se desconocen.
P. ¿Qué papel tuvo Gala en la evolución artística de Dalí?
R. Gala es todavía una gran desconocida, un enigma, pese a tener dos biografías. Que yo sepa nunca habló a ningún periodista de su relación con Dalí. Cabe pensar que la comentara con sus múltiples amantes, eso sí, pero ellos no nos han dicho nada al respecto. Puesto que todo lo que dice Dalí hay que ponerlo en tela de juicio, es muy difícil conocer la intimidad de su relación con su mujer. Dice Amanda Lear, que tampoco es fiable, que Gala llevaba un diario en ruso y apuntaba allí todo lo que hacía o pensaba. Si fue así, no se conoce. Por otro lado, ¡ojo!, hay que decir que Dalí era mucho Dalí antes de conocer a Gala. Ya estaba dentro de la órbita del surrealismo, ya había hecho con Buñuel Un perro andaluz. Lo que le dio Gala, creo, era, poco a poco, la confianza de ser él mismo, de ser el gran exhibicionista y showman que era en potencia.
P. ¿Qué piensa de la faceta literaria de Dalí?
R. Me interesa. Dalí tenía madera de excelente escritor y ahí están La vida secreta de Salvador Dalí y la novela Rostros ocultos (también escrita en francés) para demostrarlo. Además sus escritos teóricos son a veces muy interesantes. Yo destacaría entre ellos el ensayo sobre el Ángelus de Millet, realmente original.
La vida desaforada de Salvador Dalí. Ian Gibson. Anagrama. Barcelona, 2003. 957 páginas. 15 euros.
Otro libro de Ian Gibson de reciente publicación es El erotómano. Punto de Lectura. Madrid, 2003. 448 páginas. 7,25 euros.
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