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Reportaje:

Llegó la tormenta de granizo

Unos 20 municipios sufren inundaciones, cortes de luz, rotura de cristales y daños en las cosechas por las primeras lluvias

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Colean las consecuencias de un calor sin precedentes en muchos años cuando la lluvia, el viento y granizo descargan con furia sobre la Comunidad Valenciana. Estaban anunciadas las precipitaciones fuertes desde primera hora de la mañana de ayer, y con tarde llegó la tormenta. Tras ella, concentrada y localizada, una retahíla de desastres urbanos, domésticos, agrícolas y naturales.

La noche se cerraba con diez pueblos de la comarca de La Marina Alta que durante alrededor de dos estuvieron sin luz: Benissa, Alcalalí, Dénia, Benimeli, Beniarbeig, Vall de Laguart, Sanet i Negrals, Xaló, Parcent y Murla se fueron quedando a oscuras mientras la tormenta eléctrica descarga sin descanso por los tejados. Lo que en principio pareció un apagón sin importancia, trasformó las casas en velatorios porque casi dos horas después aún no se había restablecido el servicio. Al cierre de esta edición, Iberdrola confirmó que progresivamente resolvería las caídas parciales de baja tensión, el 80% en una hora.

Y mientras esos vecinos encontraban la forma de afrontar una noche que se adivinaba a oscuras, los Montesa salvaban aquello que tenían a la intemperie y lamentaba el mal que en sólo 12 minutos una lluvia que descargó piedras del tamaño de un huevo arrasando coches -a cuyas carrocerías afectó-, plantas, farolas, patios, persianas, toldos y naranjas; sobre todo, la naranja. Vicent Gasí, vecino de Montesa, relató: "No había visto nada igual. Mi coche está lleno de golpes de las piedras. Me he dado la vuelta. Las calles, los patios están llenos de piedras de un tamaño enorme. Y los campos están perdidos. Dicen los agricultores que la naranja está perdida, las hojas están por el suelo y la naranja está machacada". Montesa registró 50 litros de agua por metro cuadrado. Y la tormenta eléctrica descargó un rayo sobre una empresa de hilo en las proximidades del núcleo urbano sobre la tuvieron que intervenir los bomberos, los daños fueron menores.

Pero los desastres se extendieron a otros pueblos. En L'Olleria, se registraron en 15 minutos 25 litros por metro cuadrado, piedra incluida -que obligó a cerrar carreteras del interior del municipio e inundó bajos-, en La Vall d'Albaida cayó una torre eléctrica a consecuencia del fuerte viento, sin que se registraran mayores consecuencias. Además, en Ontinyent, alrededor de 200 empresas de un polígono industrial estuvieron sin luz durante 45 minutos por efecto de la lluvia, informa Anna Pinter. En Otos se registraron 60 litros por metro cuadrado en menos de una hora, en Beniatjar 44, en Carriola 36. En Estubeny se contabilizaron 15,2 litros por metro cuadrado, en Enguera 19,2 y en Vallada seis, aunque la piedra provocó un alcance entre varios vehículos en la N-430, en dirección Albacete. También en Silla, pasadas las 18.00, se registraron accidentes menores de tránsito a consecuencia de la lluvia descargada en pocos minutos.

El Centro de Coordinación de Emergencias, comunicó también que en la carretera de Planes a Quatretondeta se desprendieron algunas piedras de la ladera de la montaña sin más consecuencias.

Según el mapa de previsiones del INM, el interior y norte de Castellón, la provincia de Valencia -con progresión hacia los municipios situados más cerca del mar- y el norte de Alicante serán las más afectadas por las posibles lluvias. Mientras tanto, y ante el riesgo de inundaciones, la mayoría de los ayuntamientos no han comunicado el plan de emergencias de que disponen a la dirección general de Interior, al mando de Luis Ibáñez, tal como exige la Ley de Emergencias. A pesar de ser una norma con rango de ley, aprobada por el parlamento autonómico, Ibáñez insistió el pasado sábado que "sólo puede recomendar, no obligar", por lo que la actualización de planes queda al azar de los ayuntamientos

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