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Un incendio arrasa 20 infraviviendas del poblado chabolista de El Salobral

18 dotaciones de bomberos de toda la capital lucharon contra las llamas

El poblado chabolista de El Salobral, en Villaverde, sufrió a las dos y media de la tarde de ayer un incendio que destruyó unas veinte chabolas y afectó a 15.000 metros cuadrados de terreno. Los damnificados, la mayoría de etnia gitana, pudieron salvar sus vidas, pero sus viviendas quedaron totalmente calcinadas. Al lugar se desplazaron 80 bomberos, que a las cinco de la tarde habían extinguido el incendio. Uno de ellos resultó intoxicado leve por inhalación de humo. En septiembre del año pasado otro incendio en el mismo lugar acabó con la vida de un bebé.

"No hemos podido salvar nada. El perro está allí debajo quemado, y las gallinas, las palomas..., también muertas", se lamentaba Jesús Vázquez, un chatarrero de 38 años, mientras contemplaba los restos calcinados de la chabola donde vivía hasta ayer con su mujer y sus dos hijas de tres y ocho años.

Las llamas empezaron a las 14.30, por causas que se desconocen, en un lugar de pasto a escasos metros de las chabolas donde se acumulaban basuras y escombros. El viento hizo el resto: empujó las llamas a gran velocidad. Un portavoz de los bomberos de Madrid explicó que la extinción no fue complicada, aunque encontraron dificultades para acceder a uno de los focos.

"El fuego se inició en un basurero cercano, era muy disperso y luego se abrió en dos frentes. Para llegar a uno de ellos, nos encontrábamos de frente a los coches que huían y, como las calles son estrechas, no podíamos entrar", declaró el portavoz. A las cinco de la tarde, los bomberos habían logrado dominar el incendio. Uno de ellos resultó intoxicado por el humo y fue atendido por el Samur y trasladado luego a la Clínica de la Concepción.

Sara, de 18 años, madre de una niña de uno y embarazada de siete meses, relató cómo el fuego llegó de forma repentina. "Fue imposible sacar nada. Mi marido y yo salimos corriendo con la niña. Ahora no tenemos nada, ni siquiera zapatos para la niña. El pañal me lo han dado. Hasta se ha quemado su cunita", dijo.

Mientras unos intentaban salvar sus escasos bienes, otros aprovechaban para llevar a cabo pequeños robos. "A mi cuñado le han robado el televisor con todo el jaleo", aseguraba una mujer. Todos ellos piden lo mismo, "que aceleren el realojo". Quieren viviendas dignas, aunque, de momento, se conforman con que alguien les proporcione las maderas para levantar otra vez las chabolas.

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No es el primer incendio que se produce en esta zona. El año pasado se declararon otros tres incendios en el mismo lugar. El 7 de septiembre un fuego que devastó 14 chabolas acabó con la vida de un bebé de cinco meses de padres rumanos. Su hermano, de dos años y medio, resultó con quemaduras de segundo grado en la cabeza y en los brazos.

Tras el incendio, el Ayuntamiento realojó a 200 rumanos que vivían en El Salobral, pero allí se quedaron otros a la espera de conseguir salir. Mantienen que les prometieron una vivienda para este mes de septiembre.

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