Vuelve un rey de 48 años

Sentado en las gradas del estadio de Saint Denis, en París, el legendario atleta Edwin Moses, retirado en 1988, vio el pasado viernes cómo el dominicano Félix Sánchez ganaba con un tiempo de 47,25 segundos su segundo campeonato mundial de los 400 metros vallas. Buena marca, sí, pero peor que las que Moses lucía durante su mandato de hierro en el atletismo mundial, entre 1976 y 1988. Nadie ganaba a la leyenda, el mejor corredor de la historia en las vallas. Sentado en Saint Denis, el estadounidense sintió de nuevo el cosquilleo de la competición y se reafirmó en la idea a la que daba vueltas desde hace tiempo: volver a correr.

Ayer, Moses anunció en un hotel de París que regresa a las pistas, que vuelve a ponerse las zapatillas y observar las vallas en el horizonte. Lo hizo el mismo día que cumplía 48 años, el mismo en el que se cumplían también 20 años desde su último récord, los 47,02 segundos durante los que voló en la reunión de Coblenza en 1983. La carrera fue tan espectacular que todavía es la segunda mejor marca de la historia, tras el récord mundial de otro norteamericano, Kevin Young, conseguido en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992: 46,78s.

El palmarés de Moses es uno de los más brillantes de la historia del atletismo. Consiguió el oro en los 400 metros vallas en los Juegos Olímpicos de Montreal 76 y Los Ángeles 84 y fue campeón mundial en Helsinki 83 y Roma 87. Durante 1980 tuvo en su poder nueve de las diez mejores marcas de la historia, y entre agosto de 1977 y mayo de 1987, casi diez años, ganó consecutivamente las 122 carreras en las que participó. Mientras el resto de los corredores daba 14 pasos entre valla y valla, Moses reducía el ritmo a 13. Fue el joven Danny Harris, con 21 años, diez menos que Moses, quien puso fin a su racha triunfal en 1987.

El reinado se acabó definitivamente un año después, tras unos problemas en la zona dorsal y una derrota quizá todavía más dolorosa. En los Juegos Olímpicos de Seúl 88 fue superado por su compatriota Andre Philips y el senegalés Dia Ba. Moses fue bronce, un metal menor para alguien acostumbrado a romper barreras. "Simplemente, soy un atleta a quien nadie puede ganar", había dicho años atrás. Pero su explosividad había disminuido y prefirió la retirada antes que un segundo plano.

En total, Moses ha tomado la salida de los 400 vallas 190 veces y en 181 ha sido el primero en cruzar la línea de meta, algo a lo que tendrá que renunciar en su vuelta a las pistas. En la actualidad, sus marcas rozan los 53 segundos, y su objetivo es llegar a 50,50s y ser seleccionado para el equipo de Estados Unidos. Aunque lo consiguiera, ya ha asegurado que no participará en los Juegos de Atenas 2004. Su plan es entrenarse en los países del hemisferio sur para evitar el frío del invierno en Europa y Estados Unidos y seguir con su preparación en Atlanta.

Nacido en Dayton (Ohio) en 1955, la vida de Edwin Corley Moses es un compendio de vaivenes y curiosidades. En 1978 trabajó para el Gobierno de Estados Unidos en materia de armamento, una faceta a la que no le gusta remitirse; es diplomado en Ciencias y Matemáticas e ingeniero informático, perteneciente a la secta protestante de los baptistas y aficionado al submarinismo y al pilotaje de avionetas. En 1983 fue nombrado mejor deportista del mundo por la Unión de Periodistas Deportivos de España y, tras retirarse, participó en 1990 en la Copa del Mundo de bobsleigh en Calgary (Canadá) con el equipo de Estados Unidos. También fue juzgado por solicitar servicios sexuales a una prostituta que resultó ser una policía disfrazada, pero fue declarado no culpable.

Regresa a las pistas una de las grandes leyendas del atletismo mundial. "Es un desafío físico y mental", dijo ayer; "no lucharé por grandes marcas ni tengo intención de correr contra Sánchez [el campeón del mundo] ni otros jóvenes... Bueno, no... de momento".

BALONCESTO

España-Rusia, del Campeonato de Europa 2003, en Suecia (La 2, horario por confirmar).