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Entrevista:PETER HAIN | REPRESENTANTE DEL REINO UNIDO EN LA CONVENCIÓN EUROPEA | VISIONES DE EUROPA

"El modelo norteamericano de libre mercado no es para Europa"

Peter Hain, representante de Tony Blair en la Convención Europea, líder de los Comunes (ministro para el Parlamento) y uno de los políticos más prometedores del Nuevo Laborismo británico, afirma que "el modelo americano de libre mercado

Peter Hain, representante del Gobierno británico en la Convención Europea y ministro para los Comunes, analiza en una amplia entrevista los retos a que se enfrenta la construcción europea. En su opinión, Francia y Alemania ya nunca más gobernarán Europa en solitario porque la UE va a un modelo de alianzas cruzadas. "El Reino Unido", afirma, "ha sido siempre una potencia europea líder, y ése es nuestro destino".

Pregunta. ¿Qué va a cambiar en la UE tras la convención?

Respuesta. El proyecto de tratado constitucional que ha salido de la convención es un fundamento muy bueno para una nueva Europa. Es decir, más democrática, más efectiva al cumplir sus compromisos con los ciudadanos, con mejor seguridad, mejor medio ambiente, más reformas económicas para crear más empleos y capaz de tener una política exterior y de seguridad fuerte. Una Europa que empiece a ser capaz de demostrar su peso en el mundo, en lugar de tener poca influencia.

"Quiero que un ciudadano de Madrid y un ciudadano de Londres puedan ver a sus ministros levantando la mano para hablar o para votar en un sentido u otro"
"Tenemos que dar a los ciudadanos mejor seguridad frente a las amenazas del terrorismo, el crimen, los demandantes de asilo ilegales, los inmigrantes ilegales"
"No creo que el eje franco-alemán pueda liderar Europa de la manera en que lo hacía cuando Europa eran seis países o quizá incluso nueve"
"Europa sólo puede ser seria en Defensa cuando el Reino Unido, Francia y Alemania se ponen de acuerdo en primera instancia"
"Nadie quiere un modelo europeo pasado de moda, con mucha protección social, con economías muy rígidas y mercados laborales muy rígidos"

P. ¿Por qué Europa será más democrática con la Constitución?

R. Primero, porque los parlamentos nacionales tendrán derecho a vetar cualquier nueva propuesta de la Comisión Europea antes de que entre en el proceso legislativo y decidir si es algo que hay que hacer a escala europea o de los Estados nacionales. Eso vuelve a anclar Europa en nuestros parlamentos nacionales. Va a situar a nuestros parlamentos más cerca de Europa y a Europa más cerca de nuestros parlamentos, y a través de ellos, más cerca de nuestros ciudadanos. Segundo, el acuerdo de que haya un presidente del Consejo Europeo con dedicación completa, que representa a los Gobiernos, elegido por los Gobiernos y responsable ante los Gobiernos, ante los parlamentos nacionales y ante los ciudadanos; ésa es una cadena muy importante de responsabilidad democrática porque en estos momentos los ciudadanos no entienden cómo se toman las decisiones en Europa. Y tercero, la decisión de que, cuando el Consejo está legislando, debe actuar de manera abierta y transparente. Que podamos verlo. Que podamos ver cómo votan los países, cómo hablan los ministros nacionales. Los ciudadanos tendrán luz sobre la manera en que se toman las decisiones en Europa, un sistema que ahora es muy oscuro.

P. No todo el mundo tiene la impresión de que el proceso de toma de decisiones en Europa sea oscuro. Bruselas tiene mala prensa, pero pocos países tienen un proceso tan abierto.

R. Estoy de acuerdo con eso en el sentido de que es tremendamente abierto. Todo está en Internet. Pero cuando el Consejo está legislando, lo hace a puerta cerrada, y debería ser en público. Quiero que un ciudadano de Madrid y un ciudadano de Londres puedan ver a sus ministros levantando la mano para hablar o para votar en un sentido u otro.

P. Pero las sesiones abiertas que hay ahora en el Consejo son terribles. Cada ministro va ahí a leer su discurso. No hay debate.

R. Tenemos que evolucionar. Me parece importante el principio de que, cuando se está legislando, hay que hacerlo en público. No podemos tener la única legislación secreta del mundo, aparte de Corea del Norte. Europa tiene valores democráticos, de derechos humanos y de libertad que hay que proteger.

P. ¿Cómo será Europa en el futuro? ¿Qué cambiará para los ciudadanos en su vida diaria con la nueva Constitución?

R. La nueva Constitución va a tener un texto mucho más directo, un solo texto, en lugar de cuatro tratados que ahora son casi imposibles de entender salvo si eres un experto. La Europa del futuro va a estar más pendiente de cumplir ante los ciudadanos. Demasiado a menudo, el mundo de la Unión Europea en Bruselas se mira a sí mismo, con un lenguaje que la gente no entiende. A mí mismo, siendo ministro para Europa, me costaba a veces entender lo que decía el orador. Tenemos que dar a los ciudadanos mejor seguridad frente a las amenazas del terrorismo, el crimen, los demandantes de asilo ilegales, los inmigrantes ilegales. Tenemos que dar mejores oportunidades de empleo, impulsar la reforma económica, ese proceso tan importante al que el Gobierno de España es muy cercano y que no está yendo lo bastante rápido. Tenemos que darle más impulso porque eso significa hacer Europa más competitiva; no sólo frente a EE UU, sino, más importante, frente al lejano Oriente y frente a China en particular. Esas reformas son absolutamente esenciales. Si no es así, Europa no podrá llegar al pleno empleo como hemos conseguido en el Reino Unido y aumentarán los problemas sociales.

P. ¿Por qué los británicos están tan orgullosos de su economía si ni su nivel de vida ni sus servicios públicos son mejores que los de Alemania o Francia?

R. Sabemos que nos queda mucho camino por recorrer, que nuestras infraestructuras y nuestros servicios públicos tienen que mejorar. Pero estamos particularmente orgullosos de nuestro historial de estabilidad económica y pleno empleo. En un tiempo en que el desempleo ha aumentado en casi todos los demás países europeos, nosotros hemos seguido creando más empleo. Tenemos el mayor nivel de empleo de toda nuestra historia en un momento en que Europa está económicamente estancada, el crecimiento es muy bajo y el comercio mundial prácticamente no se mueve en términos de crecimiento. Muchos de los países con los que comerciamos están, si no en recesión, sí con tasas de crecimiento muy bajas. En esas circunstancias, estamos encantados de haber conseguido lo que hemos conseguido.

P. ¿Significa eso de alguna manera que Estados Unidos es el modelo, y no la Europa continental?

R. No. Estados Unidos no es nuestro modelo. Estados Unidos tiene altos niveles de productividad, sí, y un buen historial de crecimiento. Pero sus niveles de Estado del bienestar son muy pobres, sus estándares sociales son muy bajos, la violencia aumenta y la pobreza aumenta. Ése no es un buen modelo. El modelo norteamericano de libre mercado no es para Europa. No queremos eso. Nadie quiere tampoco un modelo europeo pasado de moda, con mucha protección social, con economías muy rígidas, mercados laborales muy rígidos, porque así no podemos crear más empleo. La vieja visión europea de altos niveles de protección para aquellos que están trabajando a expensas de los que están desempleados ya no es un buen modelo lo bastante bueno. Eso se tiene que reformar, como lo está intentando hacer el canciller Schröder en Alemania. El modelo europeo, el nuevo modelo europeo, tiene altos estándares sociales, derechos, derechos civiles y derechos laborales, pero flexibilidad para crear más trabajo.

P. ¿Cómo ve la posición del Reino Unido entre Europa y Estados Unidos en términos políticos?

R. Nosotros hemos sido siempre una potencia europea líder, y ése es nuestro destino. Es nuestra historia y es nuestro destino. Pero queremos una Europa que se comporte como socio de Estados Unidos, no como un rival. Porque es una fantasía pensar que Europa pueda ser un rival. No tenemos el poder diplomático ni las capacidades de defensa para ser eso. Y el mundo es un lugar más seguro cuando Europa y EE UU se hablan el uno al otro. En Europa, y en particular en el Reino Unido debido a nuestra histórica relación y nuestra estrecha amistad con los norteamericanos, tenemos la responsabilidad de intentar crear un entorno en el que EE UU pueda actuar a través de los organismos multilaterales en lugar de actuar por su cuenta. Porque EE UU es muy poderoso. Y si se empuja o se anima a los norteamericanos a actuar por su cuenta, eso no es bueno ni para el mundo ni para EE UU. Tenemos puntos de vista muy diferentes a los de la actual Administración norteamericana en una larga lista de asuntos, también el Reino Unido. Nosotros apoyamos Kioto; Washington no. Apoyamos el Tribunal Penal Internacional; la Administración de Bush no. Apoyamos un tratado de prohibición total de las armas nucleares; el presidente Bush no. Tenemos que discutir de todas esas cosas y atraer a los norteamericanos hacia nuestras posiciones, pero ellos no van a responder a la amenaza ni a la gente que quiere levantar un campo rival.

P. ¿Qué quiere decir que no se ha de ser rival? Si no estás de acuerdo con lo que quiere Estados Unidos, ¿qué hay que hacer?

R. Estados Unidos no está de acuerdo, pero nosotros seguimos apoyando Kioto, y el Tribunal Penal Internacional y...

P. Pero en Irak, la verdadera diferencia era que unos decían "hay que atacar Irak ahora", y otros, "hay que esperar unos meses".

R. Al final, la posición británica sobre Irak estaba apoyada por siete de los 15 miembros de la UE. Y si se añaden los 10 nuevos Estados miembros, tenemos una mayoría. Cerca de 15 países apoyaban nuestra posición. No es tan sencillo como decir que los europeos querían esto y los norteamericanos aquello.

P. Me refiero a qué tienen que hacer en un caso así Francia y Alemania.

R. Puede ser que Irak sea un asunto en el que Europa no puede alcanzar un acuerdo, pero si hubieran estado en vigor las reformas que hemos acordado en la convención -reforzar el papel del representante de la política exterior y tener un presidente a tiempo completo del Consejo-, hubiéramos tenido una estructura que habría llevado a Europa a una posición común. Puede que incluso así no hubiéramos alcanzado una posición común sobre Irak porque hay asuntos que son demasiado divisivos, pero si esta estructura hubiera estado en vigor desde hace 10 años, seguramente las cosas hubieran sido diferentes.

P. Pero al final el verdadero problema es que los grandes países de la UE se pongan de acuerdo en política exterior.

R. Estamos de acuerdo en todo sobre África, sobre América Latina, sobre el Caribe...

P. Pero el Reino Unido es el primer país que dice que no quiere acabar con el derecho de veto en la política exterior.

R. España está de acuerdo con nosotros. Suecia está de acuerdo con nosotros. Dinamarca. Polonia. Irlanda. También Francia está de acuerdo nosotros.

P. Pero ¿no es eso un síntoma de que, en política exterior, Europa jamás hablará con una sola voz?

R. Nunca se solucionará ese problema con el voto por mayoría cualificada porque la política exterior y de seguridad es un asunto tan vinculado a la soberanía nacional que si socavas ese principio, acabarás destruyendo el papel de Europa en la política exterior. Si tenemos una actitud más seria hacia la política exterior, podemos resolver esos problemas. Es una cuestión de ser serios. Demasiado a menudo, en el pasado, en el Consejo de Asuntos Generales y en el Consejo Europeo han ido aprobándose muchas resoluciones que todo el mundo sabía que estaban hechas para los periódicos del día siguiente y los boletines informativos de esa noche, sin tener en cuenta si eran importantes en Oriente Próximo, Liberia o cualquier otro sitio. Tienes que tener una diplomacia seria, apoyada en recursos financieros y en capacidades de defensa.

P. Blair dice que Europa ha de tener una defensa propia para hacer lo que los norteamericanos no quieran hacer, pero Jacques Chirac quiere una defensa europea para hacer lo que Europa quiera hacer.

R. Sí, pero en el fondo los franceses saben que, como me dijo Joschka Fischer, Europa sólo puede ser seria en Defensa cuando el Reino Unido, Francia y Alemania se ponen de acuerdo en primera instancia. Porque somos los únicos ejércitos grandes y modernos. Y al siguiente nivel están España, Italia, Holanda y Polonia. Para ser muy franco, no me impresiono nada cuando el ministro de Exteriores de un pequeño país que no tiene capacidades de defensa y no va a hacer ninguna contribución me dice a mí que los soldados británicos tienen que arriesgar su vida por Europa, pero él no tiene la voluntad de que la arriesguen sus propios soldados.

P. Los países del Sur aportaron a Europa la cohesión y la dimensión mediterránea; los escandinavos, la transparencia. ¿Cómo van a transformar Europa los países del Este?

R. Para los actuales socios significa extender nuestra seguridad y nuestro mercado único, el mayor del mundo moderno, con 570 millones de personas. En términos de cómo opera Europa, puede llevar el centro de gravedad hacia una visión más británica de Europa porque muchos de los países en cuestión son también cordiales con Estados Unidos porque tuvieron que sufrir la tiranía soviética y hace relativamente poco que escaparon de eso. La mayoría están comprometidos con las reformas económicas porque saben que es la manera de que la tiranía no les vuelva a atrapar.

P. Pero en términos geográficos y probablemente económicos, al moverse Europa hacia el este, Berlín está más en el centro.

R. Sí. Alemania es muy poderosa en Europa. Cuando la gente ataca a Alemania, como a menudo ocurre en la prensa británica, no se dan cuenta de que ningún país en Europa, ni probablemente en el mundo, podría unificarse con Alemania del Este como lo ha hecho. No nos preocupa [que Berlín esté más en el centro de Europa]. Tenemos una relación excelente con Alemania y, desde luego, con el actual Gobierno de Schröder.

P. Hay gente en España que cree que los mejores aliados del Reino Unido son los Gobiernos español e italiano, no el alemán.

R. Depende. Tenemos una alianza estupenda con el Gobierno sueco en reforma económica, política social, política exterior, sobre el papel de la Unión Europea como una alianza de Estados-nación, no de un superestado de Bruselas.

P. Dicho de otra manera, ¿es posible una UE que no esté liderada por el eje franco-alemán?

R. No creo que el motor franco-alemán o el eje franco-alemán pueda liderar Europa de la manera en que lo hacía cuando Europa eran seis países o quizá incluso nueve. No es posible. Con el Reino Unido convertido en una de las principales potencias en Europa, una potencia que juega en el centro del terreno y que no se queda en los márgenes como en tiempos de Major y Thatcher, somos importantes, muy importantes. España es importante. Y muchos otros países europeos son importantes. Creo que ahora hay una serie de alianzas cruzadas. Nosotros queremos ser aliados de Alemania en la reforma de la agricultura; Francia probablemente prefiera aliarse con España en la reforma agrícola. Queremos estar junto a España en la reforma económica, y con Italia, y con Alemania, y probablemente no con Francia. Pero pensamos en Francia en la política de la defensa y la política exterior. Desde el punto de vista institucional estamos más cerca de la visión francesa, del Estado-nación como ancla de Europa, que de un superestado federal basado en Bruselas. Los días en que dos países podían gobernar Europa se han acabado, aunque sean dos potencias tan importantes como Francia y Alemania.

P. ¿Qué ocurriría si Francia y Alemania se sintieran aislados?

R. No creo que haya ninguna posibilidad de que eso ocurra. Están en el centro de Europa, lo han estado siempre y siempre lo estarán. Y estamos muy a gusto con eso, no tenemos ningún problema. Si Alemania y Francia no estuvieran en el centro de Europa, Europa no sería lo que es.

Peter Hain, en su despacho de Londres.
Peter Hain, en su despacho de Londres.JORDI ADRIÁ

"Si descartamos el euro para siempre, seremos marginados"

PETER HAIN SOPESA sus palabras al abordar el espinoso tema del euro. Este hombre nacido en Kenia y criado en Suráfrica nunca fue muy europeísta en su juventud, cuando gastaba sus energías protestando contra el apartheid. El tiempo y su pragmatismo le han ido convirtiendo en un ferviente defensor del euro en un Gabinete acusado por los europeístas de no haber hecho nada en seis años para propiciar el ingreso de la libra.

La cuestión política de fondo que gravita sobre la polémica del euro es si el Reino Unido puede realmente ser uno de los líderes de la UE sin estar en la moneda única. "No si descartamos el euro para siempre", reconoce. "Si decimos, como ha dicho el líder conservador, 'no, nunca jamás', acabaríamos siendo marginados del proceso de decisiones. Al principio, de las económicas, y luego, más allá. Si adoptamos esa posición tenemos que olvidarnos de ser influyentes en Europa, nos quedaríamos marginados. Pero creo que mientras todos comprendan que somos serios respecto a ingresar en el euro, que tenemos una hoja de ruta hacia el euro anunciada por Gordon Brown el 9 de junio; si se mantiene esa estrategia, la gente nos dará tiempo porque todo el mundo comprende que para ganar el referéndum del euro las circunstancias económicas tienen que cumplirse y la discusión tiene que ser muy consistente".

"La gente comprende que ganar el referéndum es difícil. No nos puede pasar como a los franceses, que ganaron el referéndum de Maastricht por 51% a 49%. ¡En Francia!", clama. Hain se revuelve molesto cuando se le echa en cara que el Gobierno está dividido y que Blair reaccionó con un ataque de pánico cuando descubrió que su ministro del Tesoro, Brown, se disponía en junio a aplazar el euro por muchos años mientras el primer ministro concentraba sus energías en Irak. "No estoy de acuerdo con eso. Yo he asistido a reuniones privadas durante un largo periodo de consulta en este Gabinete previo al anuncio de junio. He tenido dos reuniones separadas con Blair y con Brown sobre el euro. Hemos aprendido unos de otros y hemos llegado a acuerdos unos con otros. El Gabinete está absolutamente unido".

Pero la cuestión es: ¿cuántas veces puede el Gabinete decir lo mismo y que la gente realmente crea que la libra se integrará en el euro? ¿Cuántos años? "Haremos el referéndum cuando se den las circunstancias económicas adecuadas y podamos convencer a la gente, no antes".

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