Un verano para marcarse

Wubbo de Boer (1948, Amsterdam) es un gran valedor de la orginalidad y exclusividad, al menos en lo que al ámbito industrial se refiere. No en vano, ocupa la presidencia de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) -organismo europeo que vela por la propiedad industrial de marcas y dibujos-.

Expirado el periodo vacacional, De Boer recupera el pulso de la actividad diaria de la euroagencia a sabiendas de que 2004 supondrá una díficil prueba con motivo de la ampliación de la UE. Un complicado reto en tanto que los nuevos conciudadanos, que en global supondrá una población cercana a los 450 millones, se suman a la clientela actual de la OAMI.

El pasado ejercicio tampoco fue fácil. Después de un 2002 jalonado por visitas reales, una movilización laboral y la ampliación, el pasado enero, de nuevos ámbitos de protección, De Boer regresa al tajo para asumir, de nuevo, las riendas de una de las instituciones más cosmopolitas radicadas en la Comunidad Valenciana -un total de 630 funcionarios de cerca de 25 países conviven en un recinto situado en la partida de Agua Amarga, en la periferia de Alicante-.

Así que tanto ajetreo, bien merece un período de relax. De Boer gusta de disfrutar de su ajustado tiempo de asueto con los suyos; especialmente con los pequeños de la casa, su hijo de cuatro años y sus nietos de tres y uno. Importante no olvidar a Loppie, su gato al que insiste en reconocer como un miembro más de la familia. Padre de tres hijos, de 33, 30 y 4 años, el presidente de la OAMI regresa por vacaciones a su pequeña granja, en Francia; y aprovechar así para visitar a sus amigos. Amante del golf, actividad a la que dedica su tiempo libre, De Boer se define como un "adicto" a la lectura. La biografía de Tsjechow, Alma Palabras de Gogol y un libro sobre el escándalo financiero de Enron han sido sus lecturas de este verano. Fiel a su alma de trotamundos, dice que por vocación y obligación, -su trabajo le lleva a visitar a los países miembros-, Japón fue el destino escogido para hacer turismo este año.

Así que después de estirar al máximo su mes de vacaciones, sin que, según él, haya desconectado totalmente, Wubbo de Boer se enfrenta a un nuevo desafío: la ampliación de la UE tendrá, indefectiblemente, su correlato en el funcionamiento de la euroagencia. Diez nuevos países y nueve idiomas más suponen un reto para una institución relativamente joven, radicada en Alicante desde 1996. "Eso nos obliga a alcanzar un nivel alto en cuanto a nuestras prestaciones en el interés de la economía europea. Tenemos que jugar un papel importante con las grandes oficinas internacionales", relata.

A ello, hay que sumar los nuevos ámbitos de protección que ha asumido la euroagencia y que, según dice su presidente, ha sido bien recibido en el mercado. Desde enero, la OAMI tiene competencias, para proteger la propiedad industrial de dibujos y modelos. Las cifras demuestran que la exclusividad es un valor en alza.