Toreable corrida de Jandilla
La corrida dio un juego interesante y se llegaron a ver momentos de tauromaquia que alegraron un tanto los ojos de una afición normalmente castigada. Los toros de Jandilla cumplieron en el caballo y luego embistieron en el último tercio. Creánselo, pues así ocurrió.
Pobre de pitones era el primer toro de Jesulín de Ubrique. Noble y soso de condición o temperamento. El torero estuvo a tono con dicho torillo, y le dio muletazos a veces templados, en ocasiones faltos de ritmo, o dígase también sin la enjundia necesaria. Un trasteo de muleta que no adquirió en ningún momento el nivel de obra artística. Daba pena ver la cara de burel tan poco ofensivo. Jesulín recetó una estocada de buena ejecución a su segundo, lo que le valió una oreja, generosa, pero no del todo injusta. La faena de muleta fue larga y a trechos templada, aunque casi siempre el cite al hilo del pitón.
Jandilla / Ubrique, Rivera, Manzanares
Toros de Jandilla, desigualmente presentados que en general dieron juego. Jesulín de Ubrique: pinchazo, estocada trasera y descabello (palmas); estocada desprendida (oreja). Rivera Ordóñez: pinchazo, pinchazo hondo y descabello (leves palmas); media estocada tendida perdiendo la muleta y dos descabellos (oreja). José María Manzanares: estocada caída que asoma y descabello (oreja); pinchazo y estocada en el rincón (saludos). Plaza de San Sebastián de los Reyes, 26 de agosto. 2ª de feria. Media entrada.
Rivera Ordóñez en su primero, un toro deslucido, realizó una faena de escaso temple. El desánimo y el pájaro del aburrimiento sobrevoló la tarde en esos instantes. En su segundo, Rivera hizo un esfuerzo torero y estuvo más entonado. Manejó el capote y muleta con soltura y limpieza, para conseguir naturales de buen trazo rematados por las afueras.
Manzanares, en el tercero de la tarde, demostró que tiene clase en sus muñecas, en ese momento idóneo de mecer el capote o de enganchar el muletazo y conducir con temple, suavidad e incluso cadencia, la embestida propicia del toro.
El trasteo de muleta de Manzanares fue desigual, pero salpicado de muletazos dichos con buen son y acompañados con la cintura quebrada. En el sexto estuvo entonado y a medio gas. Sobre los pies dio muletazos templados y vaciados por arriba.
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