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Tribuna:ATLETISMO | Campeonatos del Mundo de París
Tribuna
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El 'vuelo' de los velocistas

Los 100 metros en 10 segundos se corren a una velocidad media de 36 km/h, pero la punta de velocidad se suele obtener en torno a los 60 metros de carrera. Ahí los mejores velocistas sobrepasan los 42 km/h e incluso 43 km/h y posteriormente hasta la meta decae ligeramente la velocidad.

La carrera, igual que sucede con el ciclismo o la natación, es un movimiento cíclico. Ello significa que tiene una estructura básica que se va repitiendo a lo largo del tiempo. En la carrera esta estructura es el paso (lo que sucede desde que la puntera de un pie despega del suelo hasta justo antes de que lo haga el siguiente pie). En los movimientos cíclicos la velocidad depende tanto de la amplitud como de la frecuencia de esta estructura básica. En la carrera sería la amplitud del paso y el número de pasos por segundo.

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Los mejores velocistas, como el americano Tim Montgomery, que ostenta el actual récord del mundo con 9,78 que hizo el año pasado en París, suelen dar 49 o 50 pasos desde que abandonan los tacos de salida hasta un poco antes de sobrepasar la línea de meta. La amplitud media que recorren en cada paso ha sido calculada en torno a los dos metros. Aproximadamente 1,14 veces la estatura del atleta. Claro está, los primeros pasos son mucho más cortos y la máxima amplitud la obtienen a los 50-60 metros de carrera, en los que puede oscilar entre 2,20 y 2,50. Diferentes estudios muestran que los mejores velocista tienen, corriendo a la misma velocidad, longitudes de paso superiores a las de corredores de menor nivel. La máxima frecuencia de pasos suele darse más allá de los 60 metros, en donde pueden registrarse en torno a cinco pasos en cada segundo.

En cada paso de la carrera hay una fase aérea, en la que no se toca el suelo, y otra fase de apoyo, en la que el pie está en contacto con la pista. En los primeros pasos, tras la salida, el atleta suele tener contacto con el suelo el 67% del tiempo del ciclo, mientras que el 33% restante corresponde a la fase de vuelo. En cambio, cuando se alcanza la máxima velocidad de carrera, el atleta apenas está el 40% del tiempo en contacto con el suelo. Esto significa que desde la salida hasta alcanzar la máxima velocidad de carrera el atleta va a ir aumentando las longitudes de zancada y por ello va a tener más tiempo de fase aérea, pero también va a ir reduciendo el tiempo de apoyo a su mínima expresión, lo que le permitirá ir aumentando la frecuencia de pasos. ¿Pero cuál es esa mínima expresión del tiempo de apoyo?

En el corto tiempo la fase de apoyo se suceden dos subfases diferentes: una primera que se denomina de frenado y una segunda de aceleración, debiendo existir un equilibrio entre ambas. No es posible eliminar el frenado en una carrera ya lanzada a máxima velocidad, entre otras cosas porque en él los músculos se estiran (contracción excéntrica) pretensándose y acumulando energía elástica para poder ejercer más fuerza en la fase de aceleración durante la contracción llamada concéntrica (los músculos se acortarán). Se denomina fase de frenado porque durante ese tiempo se pierde velocidad de avance ya que el apoyo en el suelo se produce por delante de las caderas. Pero además si quisiéramos eliminar la fase de frenado no tendríamos más alternativa que realizar el apoyo justamente debajo o por detrás de la vertical de nuestro cuerpo, como se hace en los primeros pasos de la carrera para incorporarse desde la posición de salida. Esto en la carrera ya lanzada nos llevaría inevitablemente a caer hacia delante después de varios pasos. Tras el frenado, en la subfase de aceleración es la única en la que podemos incrementar de nuevo la velocidad.

La duración de cada apoyo en el suelo en los mejores velocistas es de poco más de nueve centésimas de segundo, en torno a la mitad de lo que dura el apoyo en una carrera de fondo, o lo que es lo mismo, un tiempo cinco veces menor al que le lleva recorrer la distancia desde el punto de penalti hasta portería a un balón de fútbol cuando es chutado a gran velocidad.

Xavier Aguado Jódar es Biomecánico de la Facultad de Ciencias del Deporte de la UCLM.

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