"No me gusta perder ni a las canicas"

Pregunta. Si la agencia publicitaria para la que trabaja fue líder en 2002 y la más premiada en 2003, ¿usted es el mejor o en esto hay mucho cuento?

Respuesta. Cuentos hacemos y escribimos todos los días, y escribir cuentos me parece una profesión maravillosa.

P. Tiene usted fama de creerse Dios bendito.

R. Me gustaría creerme bendito, pero poco Dios.

P. ¿Es o no el primero de la clase, el más alto, el más rubio?

R. La vida me ha enseñado que la creatividad es un ejercicio de humildad, y que el de enfrente puede cambiarte algo en tres segundos.

P. Véndaseme en tres palabras.

R. Transparente, honesto y directo.

P. ¿Y huérfano de abuela?

R. Lo soy.

P. ¿A quién le gustaría hacer una campaña?

R. A un producto inexistente que fuera algo así como la píldora de la felicidad.

P. ¿Qué tal se venden los políticos?

R. En general, bastante mal.

P. ¿Qué partido es más eficaz con su mensaje?

R. Los hechos avalan al Partido Popular. La eficacia la mido en resultados, no en emociones.

P. ¿Vende más el bigote de Aznar o las cejas de Zapatero?

R. Las cejas de Zapatero deberían tener un retoque; el bigote de Aznar, pienso que no.

P. ¿A quién le haría un favor cambiándole la imagen?

R.Yo lo hubiera intentado con el ex presidente del Atlético de Madrid Jesús Gil.

P. Usted ha hecho la campaña de Opel. ¿Está de acuerdo en que es la peor publicidad de coches, vistos Audi, Renault, Mitsubishi, Citroën?

R. Sí. No es precisamente una publicidad brillante. Lo intentamos, pero a veces cuesta.

P. Desde su No me llames iluso, ¿se compra el cupón de la ONCE?

R. Cada día, se lo juro. Y no me toca, maldita sea.

P. ¿Por qué los pasajeros del metro dicen "chihuahua" y no "san Bernardo" o "foxterrier"?

R. Porque "chihuahua" es pequeño, y lo pequeño es bonito siempre. Y, además, me parece un grito de guerra más interesante.

P. ¿Cuál es su obra de arte?

R. Supongo que mi hijo.

P. Sus colegas aseguran que va sobrado. ¿Se le han subido los premios a la melena?

R. Yo diría que no, porque me examino cada día, y valgo lo que valgo en ese momento. La melena puede estar llena de leones este año y el que viene, de ardillas [ríe].

P. Los valencianos les han hecho retirar de un anuncio a un inglés vestido de fallera. ¿Son unos estrechos?

R. A veces tenemos que aprender a respetar lo que no nos parece básico en la vida. Probablemente es falta de sensibilidad por nuestra parte.

P. Le veo en la mejor línea del quien paga, manda.

R. En mi caso, eso influye poco. El dinero no lo compra todo, y mucho menos la sensibilidad. El error es mío, no de quien paga.

P. Se confirma: va sobrado.

R. Es posible, en este caso. Es que me ha tocado el dinero, que a mí me interesa muy poco.

P. Eso se lo dirá a todas.

R. Trato de decírselo, sí [risas].

P. Niños mimados con sueldos enloquecidos. ¿Esto define a los creativos publicitarios?

R. Soñadores, inquietos, revolucionarios, transformadores de la realidad. Pero niños mimados, nada. Sueldos enloquecidos, era probable. Ya no.

P. ¿Por qué la publicidad sigue utilizando a las mujeres, empezando por la pierna que sale del coche de su anuncio?

R. Porque sin ellas el mundo sería mucho más feo.

P. ¿Además, cínico?

R. Poco.

P. Dicen que va de guaperas.

R. No sé si soy muy feo. ¿Usted qué piensa?

P. ¿Qué tiene de viva la Virgen?

R. Todo. Esta jaula no es la oficina de un banco o un ministerio. Hay que entrar diciendo: "¡Viva Cartagena! Hoy puede ser un gran día, duro con él". Esto, en la percepción, es viva la Virgen; en la realidad, sangre, sudor y lágrimas.

P. Cite una campaña que le hubiera gustado hacer, pero se la encargaron a otro.

R. Me pasa cada vez que pierdo un concurso, sobre todo en campañas internacionales. En España me pasa poco.

P. ¿Porque aquí los demás son pan comido?

R. Yo cada día nazco con esa idea. No me gusta perder ni a las canicas.

P. Cuando deje la pose de enfant térrible y crezca, ¿qué querría ser?

R. Peter Pan.