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Miles de personas se congregan en Menphis para recordar al rey del rock

Agencias

17 ago 2003 - 00:00CEST

El espíritu del rey del rock and roll sigue vivo. Y también el del comercio. Miles de personas se congregaron anoche en Graceland, la mansión con fuentes de coca-cola que Elvis Presley compró en 1957. La peregrinación a la meca del rock para conmemorar el 26º aniversario de la muerte del cantante comenzó el viernes y llegó a su apoteosis en la noche de ayer, cuando decenas de miles de seguidores cantaron y bailaron al son de las míticas canciones del malogrado músico. Aparte, de nostalgia, la reunión dejó espacio para el negocio. Los actuales directores de Graceland han organizado para estos días toda clase de actividades relacionadas con el rockero y han puesto a la venta los últimos recuerdos de éste. Además, junto a la mansión se encuentra un enorme centro comercial donde se pueden adquirir desde camisetas, espantamoscas y paraguas hasta colgantes para el árbol de Navidad. Todo es, por supuesto, auténtico, marca Elvis.

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