Hotel laberinto para amantes de Wagner

El hotel Pflaums Posthotel Pegnitz no tiene dos habitaciones iguales. Cada estancia, cada pasillo y cada vestíbulo están decorados de forma diferente. Antigüedades y obras de arte contemporáneo (con una Marilyn Monroe de Andy Warhol como emblema); estilos clásicos, vanguardistas y un aire psicodélico, más todo tipo de juegos de luces, sombras y colores conviven entre sus paredes de arquitectura laberíntica para ofrecer al visitante una mezcla que puede abrumar, fascinar o repeler, pero que no deja indiferente.

En Pegnitz, una tranquila localidad del sur de Alemania cercana a Suiza, se encuentra el Pflaums Posthotel Pegnitz, también conocido como PPP. Uno de los hoteles más sorprendentes del mundo. Un pequeño establecimiento frecuentado por artistas, empresarios y amantes de la ópera, en el que es fácil encontrar un tapiz del siglo XV junto a un óleo abstracto, una exposición de pop-art en mitad de la escalera o una cueva oscura iluminada por tiras de neones donde está ubicado el jacuzzi. El hilo musical emite piezas de Wagner y otros compositores alemanes.

Andreas Pflaum, gerente, maître y responsable de comunicación, y su hermano Hermann, chef, han logrado convertir la posada de sus antepasados en un impactante hotel que combina diseño, arte y música para seducir a sus huéspedes. Otro hermano, Heinrich, supervisa las renovaciones arquitectónicas. El establecimiento data de 1707 y ha sido regentado por 11 generaciones de la familia Pflaum. Y junto al Morgan de Nueva York es, aparte de uno de los hoteles de diseño pioneros, el fundador del club de calidad de hoteles de diseño.

El PPP conserva intactas habitaciones de hace 200 años, aposentos donde descansaron Napoleón o Wagner. Pero también ofrece dependencias ultramodernas, decoradas con cristal, metal y diodos luminosos. Cada una de sus 50 habitaciones es única: están dedicadas a diferentes épocas y creadores y diseñadores del siglo XX (Andy Warhol, Morantini, Dorothy Hafner, Dirk Obliers, Laura Ashley...).

El afán de los responsables por ofrecer algo irrepetible alcanza su máxima expresión en las suites, por donde han pasado personajes como John Travolta, Plácido Domingo, Pavarotti o Bill Clinton. Expo, de estilo moderno y materiales cálidos con madera abundante; Bacchanal, que recrea la psicodelia de los años sesenta; Venus in Blue, futurista y con predominio de tonos azules, y Maestro, que funde varios estilos y supera los 100 metros cuadrados, son algunas de las más llamativas. Los precios no son prohibitivos (hay habitaciones de uso individual a partir de 75 euros y suites desde 200) y permiten disfrutar de sus dependencias a un amplio número de clientes.

La proximidad con la ciudad de Bayreuth, donde todos los veranos se celebra el festival de ópera dedicado a Wagner (del 25 de julio al 28 de agosto), ha convertido el PPP en un centro de peregrinación para los amantes de la ópera. Y los hermanos Pflaum, entusiastas de la música clásica, fomentan esta relación: regalan entradas y ofrecen promociones especiales durante las semanas del festival. El restaurante, de atmósfera clásica y con varios tipos de menús; las instalaciones del spa, con piscina climatizada, gimnasio, sauna, jacuzzi y servicios terapéuticos, y los campos de golf en los alrededores completan la oferta del hotel.