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Reportaje:PERSONAJES

El gran jefe Gasol

Tras unos meses llenos de homenajes, el 'ala-pívot' de los Grizzlies toma el mando de la selección ante el Europeo de Suecia

No tiene ninguna prisa. Es el último para todo. Sus compañeros le aguardan, le reprochan que se haga el remolón. "Vamos, Pablo; te estamos esperando", le recrimina Juan Carlos Navarro antes de una sesión fotográfica. Ahora que puede, Pau Gasol se lo toma todo con calma. Ya habrá tiempo de correr de un sitio a otro cuando vuelva, a finales de septiembre, a Memphis. El ala-pívot es la estrella de la selección española, que prepara en San Fernando (Cádiz) el Campeonato de Europa de Suecia, del 5 al 14 de ese mes. Serbia, Rusia y Suecia serán los rivales en su primera fase. Está en liza una plaza para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Tras no acudir a los de Sydney 2000, el catalán se estrenaría como olímpico en la capital griega.

Resulta difícil ubicar al equipo dentro de un complejo hotelero y de ocio tan enorme como el de su concentración. La pista llega de inmediato. Para hallar al personaje basta seguir el rastro de los niños que lucen la camiseta de los Grizzlies con el número 16. Gasol es el reclamo de nietos acompañados por sus abuelos, hijos por sus padres y jovencitas en busca del rubio tan mono que sale en la tele. Aparte de su ligera pachorra, la estrella siente el acoso de sus admiradores y anda siempre rezagado: "Agradecería un poco de compasión y compresión. Salgo destrozado de los entrenamientos y tengo que aguantar las fotos, los abrazos..., gente que me quiere tocar, que me pide un autógrafo... Pero es algo con lo que tengo que convivir y que llevo lo mejor que puedo. Es complicado que alguien que espera algo de mí entienda que he tenido tres sesiones durante el día y que estoy para pocas cosas".

Desde que volvió, el 24 de abril, Gasol se ha recorrido España recibiendo homenajes y premios. A lo Julio Iglesias o a lo Antonio Banderas, el segundo baloncestista español, tras Fernando Martín, en jugar en la NBA es aclamado por sus triunfos en Estados Unidos. Fue nombrado embajador de la UNICEF, ha visitado las costas gallegas dañadas por el Prestige y ha sido galardonado por varias universidades. Un chico tímido que hace tres años las pasaba canutas ante un micrófono interpreta ahora con aplomo su papel de ídolo al ser recibido por 3.000 niños en Zaragoza: "Resulta difícil asimilarlo tan rápido. Han sido muchos actos y muchas actividades. Se trata de acostumbrase un poquito y pasarlo bien. El secreto está en sonreír y olvidarte del barullo". Además, hace sus pinitos como reclamo publicitario. Ya ha intentado convencer a la audiencia de que el secreto de su fuerza está en unas galletas de chocolate y que no hay mejores bocadillos que los que se preparan con cierto pan de molde. Ya es un personaje.

Su deseo de jugar con la selección y reencontrarse con sus antiguos camaradas ha podido más que las advertencias de los directivos de los Grizzlies sobre el riesgo de una posible lesión. Ante dos opiniones encontradas, la balanza se inclina a su favor. Como diría un castizo, lo que dice Gasol en Memphis va a misa: "Sí. De momento, se puede decir que sí". El regreso de Alberto Herreros le permite no tener tanta responsabilidad ofensiva como en el Europeo de Turquía y el Mundial de Indianápolis. El menú, a gusto de la figura, que ahora puede disfrutar de Navarro: pareja de habitación, almuerzo, sesión de tiro...; dos grandes amigos haciendo lo que más le gusta, jugar al basket.

Pero Gasol tendrá que regresar a Memphis, a la NBA. Aun reconociendo su deseo de formar parte de un club competitivo, asegura que se siente bien en los Grizzlies y descarta pedir el traspaso. "Eso sí", advierte, "no quiero estar toda mi carrera en un conjunto perdedor. Pero Jerry West, el técnico, me ha asegurado que soy intocable y que no saldré de él". Está claro: o se construye un equipo poderoso a medio plazo o, cuando acabe su contrato, buscará nuevas opciones. "De momento, mi objetivo es ganar más partidos que el curso anterior y crecer como jugador", apunta. Ida en septiembre y vuelta en abril, Gasol no apuesta un céntimo por ver al Memphis en la fase final. "Ni pa Dios", concluye.

Pau Gasol, en una sesión preparatoria.
Pau Gasol, en una sesión preparatoria.JARO MUÑOZ

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