Campeones sin lesiones
Un club organiza la I Liga madrileña de fútbol-chapas, con balón oficial, 'estadio' y 'fichajes'
La Liga de fútbol no la ganó el Real Madrid, sino el Flamengo de Brasil. Al menos eso fue lo que ocurrió en la Primera Liga madrileña de fútbol-chapas que ha organizado el club del mismo nombre y que finalizó en mayo.
El Club Fútbol Chapas Madrid comenzó a funcionar el año pasado cuando su presidente, Alberto Lopera, y un grupo de amigos, de entre 20 y 30 años, registraron su asociación para recuperar uno de sus juegos preferidos de la infancia. Al principio alquilaron un local en el que practicar su deporte favorito, hasta que el pub La Ruina del barrio de Moratalaz decidió ofrecer sus instalaciones como terreno de juego y convertirse en su patrocinador oficial.
El club cuenta con nueve campos de juego construidos artesanalmente y con 72 jugadores o jugones, como prefieren denominarse ellos para evitar los problemas y las risas que les acarrearía utilizar algunos derivados de la palabra chapa. Tienen entre 8 y 42 años y todos son hombres, aunque esperan que las mujeres empiecen a interesarse por esta afición.
Para formar parte de esta asociación sólo es necesario pagar una cuota anual de 50 euros, 30 si el participante es menor de edad, y reservar la tarde de un sábado o un domingo al mes para disputar los partidos. Además, a través de su página web (www.futbolchapas.com) enseñan a los jugadores las mejores tácticas, los pasos para construirse un campo con sus porterías o cómo preparar las camisetas de sus chapas.
Alfredo Mendoza, de 35 años, es uno de los socios de este club. Asegura que David Beckham ya tiene su propia chapa, "porque ahora estamos en la época de fichajes", y que, aunque la mayoría de la gente opta por contratar un equipo actual, "hay un chico que como tiene los cromos de los futbolistas de Las Palmas de 1970 juega con ese equipo". "Yo jugaba con el Numancia, pero para la próxima temporada me ha fichado el Zaragoza". Mendoza explica que el campo de fútbol que utilizan es un tablero de madera de 150 centímetros de largo por 90 de ancho al que se le añade una moqueta de color verde que hace las veces de césped y que se sitúa a un metro de altura del suelo. Las porterías están hechas de varitas de madera que se pintan de color blanco y a las que finalmente se les añade la red.
"El balón oficial es un balón de plástico que conseguimos comprando un kit de fútbol de la marca Lego", afirma Mendoza, que asegura que el reto del club es realizar un Campeonato oficial de España.
Los partidos que se celebran en el Teresa Ruina o Ruinón de Carranza, como les gusta llamar al local que les sirve de improvisado terreno de juego, son de 24 minutos, en dos tiempos de 12 cada uno, y ejercen de árbitros los propios socios.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.