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Lucha Contra el Racismo en Barcelona

La necesidad de desarrollar un sentimiento colectivo contra el racismo, así como las estrategias y prácticas de lucha, fueron el centro de las comunicaciones y discusiones en el segundo día del Sínodo Europeo de Mujeres.

Durante su exposición, la teóloga alemana Eske Wollrad animó a las participantes en el Sínodo a mirar a través de las cortinas… "La diversidad no es un valor en sí misma", dijo Wollrad. "Si estamos dispuestas a luchar por la justicia, debemos afrontar el reto de analizar nuestros diferentes accesos al poder y mirar más detenidamente quién está incluido y quién excluido de nuestras sociedades." Según Wollrad, "afrontar la diversidad sólo tiene sentido si va unido al hecho de transformación social y a un análisis crítico de la sociedad".

Rose Hudson Wilkin, sacerdote anglicana negra, trabaja en Londres en contacto directo con el racismo "como fracaso colectivo". Comenzó su presentación con el relato de un joven negro que fue abandonado a morir hace unos años en Londres, y recordó a la audiencia que "sea lo que sea aquello que tú o yo hagamos, no puede seguir viéndose como una acción individual que sólo nos afecta individualmente. La muerte de una persona negra como consecuencia del racismo institucional es un fracaso colectivo, fruto de un estereotipo ignorante, tozudo y racista". Según Hudson Wilkin, esto exige responsabilidad tanto individual como colectiva. "Debemos desarrollar una conciencia colectiva para luchar contra el racismo institucional. Debemos apreciar nuestra diversidad, pero también centrarnos en las cosas que tenemos en común . Esto no quiere decir que todo se convierta en un cajón de sastre, necesitamos distinguirnos, pero también necesitamos relacionarnos y para ello es necesario crear espacios adecuados."

Hudson Willkin apremió a las mujeres presentes a que conbatan el racismo presente en nuestras propias comunidades e incluir en esta misma lucha los refugiados y exiliados.

Durante la rueda de prensa que se celebró por la tarde, la teóloga brasileña Luzenir Caixeta, cofundadora de una oganización de mujeres emigrantes en Austria, destacó la necesidad de establecer alianzas entre emigrantes y no emigrantes europeos. "Como mujeres emigrantes no tenemos una opinión demasiado romántica sobre la diversidad de cultural, sabemos que nadie nos va a dar nuestro espacio, sino que necesitamos conquistarlo. Al final del día no estamos tan interesadas en las buenas intenciones como en el diálogo entre iguales y en el reflejo en los privilegios" concluía Caixeta.

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