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131.000 peatones se verán afectados a diario por las obras en Atocha

La construcción del nuevo túnel inutilizará 15 meses la acera de la estación

Unos 131.000 peatones pasan diariamente por la glorieta de Atocha, uno de los puntos más transitados de Madrid. La construcción de un nuevo túnel para trenes de cercanías entre Atocha y Chamartín, como lo concibe el proyecto que maneja el Ministerio de Fomento, interrumpirá la acera que circunda la estación de ferrocarril y dará pie a un reordenamiento de la circulación peatonal en la zona.

Las obras de desvío de servicios -red eléctrica y tendido de comunicaciones- ya han comenzado en las inmediaciones de Atocha. Durante 15 meses, los trabajos ocuparán la acera de la estación desde la calle de Méndez Álvaro hasta el inicio del paseo de la Infanta Isabel. También ocuparán tres metros y medio de la calzada con los previsibles perjuicios para el tráfico rodado.

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De los nueve pasos de peatones que hay en la glorieta de Atocha, dos serán los especialmente afectados por las obras, ya que desembocan en una acera que durante 15 meses dejará de existir: el llamado Centro Plaza, que une la estación con el Museo Reina Sofía; y el paseo Infanta Isabel, situado en el comienzo de dicho vial. Existe otro en la calle de Méndez Álvaro que también sufrirá, de forma más indirecta, los efectos de la construcción.

Otra incógnita que pende sobre los trabajos del macrotúnel en Atocha es qué sucederá con los autobuses municipales que hacen parada en las inmediaciones de la estación. El proyecto muerde el espacio que muchas líneas utilizan para embarcar y desembarcar a los viajeros. A esta circunstancia hay que añadir la constante salida de los centenares de camiones que previsiblemente transportarán los escombros provocados por la obra.

Al tiempo que la tuneladora horade el subsuelo de la capital, miles de toneladas de tierra y escombros tendrán que ser sacados al exterior. Una tuneladora puede producir, al máximo de potencia, hasta 4.000 metros cúbicos de escombros al día. Un volquete es capaz de cargar 10 metros cúbicos. Es decir, hasta 400 camiones harían falta para sacar todo ese material.El paso de peatones más transitado y, al mismo tiempo, el más afectado es el de Centro Plaza (según la denominación que utiliza el departamento municipal de Circulación). Por él pasan todos los días alrededor de 27.197 peatones. A las doce de la mañana de ayer, 1 de agosto -y por tanto con menor afluencia de lo habitual- unas 200 personas cruzaban presurosamente este paso en tan sólo un minuto.

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Otro enlace peatonal clave es el paso del paseo de Infanta Isabel, que une el Ministerio de Agricultura con la estación de ferrocarril. Aunque no lo cruza tanta gente como el del centro, los datos municipales cifran en 10.768 el número de viandantes que lo cruzan a diario.

La hora más transitada en Atocha va desde las seis a las siete de la tarde, un momento especialmente concurrido en los andenes de la estación con un importante número de personas que regresan de su jornada laboral. A esa hora se estima que 11.900 viandantes circulan por la zona.

Precisamente ése es el argumento al que el Ministerio de Fomento se aferra para justificar la oportunidad del nuevo túnel. Los técnicos se dieron cuenta de que la estación de Atocha estaba colapsada. Por sus raíles pasan cada día 560 trenes, 500 de ellos de cercanías, 40 de grandes líneas y 20 regionales; en total, más de 300.000 pasajeros circulando cada 24 horas por sus andenes. La nueva galería desdoblará la ya existente entre Atocha y Chamartín, conocida como el túnel de la risa.

Las obras, que suponen una inversión total cercana a los 259 millones de euros y tendrán una duración aproximada de cuatro años, se han dividido en tres tramos. El primero de ellos, entre Atocha y Nuevos Ministerios, ha sido adjudicado a las empresas Dragados Obras y Proyectos y Tecsa, por un importe de unos 96 millones de euros. El plazo de ejecución previsto de es de 35 meses, si bien en la zona de Atocha los trabajos se prolongarán por un periodo estimado de un año y tres meses.

En este tramo se situará la futura macroestación de Sol-Gran Vía, que ha despertado las críticas de vecinos y de la oposición por considerarla "innecesaria". El próximo septiembre empezarán previsiblemente los trabajos de excavación en los alredores de la Puerta del Sol.

Además de los peatones que atraviesan la glorieta de Atocha en algún momento del día, habrá otros improvisados perjudicados por las obras. La acera que el proyecto del Ministerio de Fomento planea cerrar es la que utilizan un gran número de inmigrantes para la venta callejera (los llamados top

manta).

La portavoz del grupo municipal de IU, Inés Sabanés, ironizó sobre este supuesto: "Gallardón quiere acabar en estas obras con dos pájaros de un tiro: la prostitución de la calle Montera [bajo la que se construirá la macroesta-ción de Sol] y la venta callejera en Atocha".

Sabanés auguró un "caos" importante en Atocha: "Es una zona ya de por sí muy frágil. Si a esta circunstancia le sumamos la alteración del tráfico y los cortes peatonales, mucha gente va a tener que hacer desplazamientos rocambolescos para llegar a sus destinos". Y añadió: "Es temerario meter cientos de camiones en el gran centro de comunicaciones que es Atocha".

Paradas de autobús

La representante de IU también reveló que tiene constancia de las complicaciones que van a encontrar los autobuses de la EMT para reorganizar la ubicación de sus paradas. "Va a haber que reordenar las cabeceras de línea municipales y son conscientes de las dificultades que entraña esto. Lo que más nos molesta es que no se han estudiado otras alternativas, como construir el túnel sólo en una dirección, de Chamartín hacia el sur".

Algunos vecinos de la zona de Atocha alzan sus voces ante lo que consideran "un atropello al peatón". María Pilar Sánchez, residente en la aneja calle de Méndez Álvaro, sentía que su vida cotidiana se iba a ver afectada: "Me parece fatal, porque es un recorrido que yo hago muchas veces diariamente. Y si los autobuses municipales se van a ver implicados, todavía peor. Incluso para tomar el metro voy a tener que dar un rodeo importante...".

Otro vecino, José Jaime de Domingo, apuntó a la responsabilidad del Ayuntamiento en caso de que no se faciliten otros cauces para que los peatones puedan atravesar la zona: "Desde luego, si no hacen un túnel u otro tipo de paso, no me parece muy normal que interrumpan la acera".

Este vecino alertó también sobre una hipotética situación de emergencias en la estación: "Teniendo en cuenta el número de gente que pasa todos los días, no tener una buena salida a algún centro sanitario podría acarrearnos un serio disgusto".

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