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Reportaje:ESCAPADAS

Playas que se deslizan al mar del Este

Seis rincones a orillas de la costa báltica alemana, entre Lübeck y Usedom

Lola Huete Machado

La costa entre Travemünde y Usedom es un lujo casi desconocido más allá de Alemania y los países escandinavos: playas inmensas, hermosos hoteles y balnearios y una programación cultural envidiable. Lugar de turismo nacional en alza, gran parte de la costa de este mar del Este (Ostsee) de aspecto plácido, con aguas poco saladas y de un gris canoso la mayor parte del año, quedó cerrada para el viajero occidental durante el periodo de existencia de la RDA. Arrancamos en Travemünde, antigua frontera en el lado occidental, para descubrir Heiligendamm, Warnemünde, la península de Fischland, las islas de Rügen y Usedom. Lugar de referencia para el veraneo, en invierno muchos establecimientos permanecen abiertos como lugares de retiro y balnearios.

Es ahora, casi 14 años después de la reunificación alemana (1990), cuando este litoral ha recuperado gran parte de su poder de atracción, aquel sabor de lujo y cultura de ocio que destilaba en los años veinte, un ambiente que plasmó mejor que nadie el escritor Thomas Mann. "Travemünde, ese paraíso de vacaciones donde pasé sin duda los días más felices de mi vida", escribió. En los últimos años se han restaurado muchos edificios, se han mejorado y saneado accesos y paseos marítimos, se han recuperado hoteles emblemáticos... Y como parte de su encanto actual, villas y mansiones esplendorosas conviven aún con melancólicos edificios abandonados, herencia de la época comunista. El turismo se ha reorganizado, revitalizado. Y no se necesitan grandes esfuerzos para conseguirlo: bosques inmensos pegados al mar, lagos a cientos, playas interminables, y la posibilidad siempre de saltar en barco a Escandinavia o San Petersburgo, dos clásicos.

1 Travemünde

LA PLAYA DE LÜBECK

Primero fue castillo, luego puerto y, desde 1802, centro terapéutico para sanar cuerpo y espíritu. Después llegaron el casino (1822) y la burguesía en masa dispuesta a fundar la liturgia del veraneo. Hoy sigue siendo el más famoso punto de encuentro vacacional. Travemünde es ahijada de la ciudad hanseática de Lübeck, y para alcanzarla hay que atravesar un universo de villas desperdigadas, bosques y llanuras; ríos y arroyos que aparecen y desaparecen. Esta zona puede presumir de doble atractivo: el ambiente costero y el ajetreo comercial y cultural de Lübeck, cuna de los hermanos Mann. En Travemünde hay mil rincones de costa, bosques para recorrer, calles minúsculas para pasear y cafés donde sentarse a mirar el mar o los ajetreados puertos de donde parten las grandes líneas marítimas hacia el Norte.

2 De Rerik a Heiligendamm

BAÑO ÍNTIMO O SEÑORIAL

Los extremos se tocan en este rincón de la bahía de Mecklenburgo: la intimidad de las playas y dunas cercanas al antiguo puerto pesquero de Rerik y los aires señoriales de Heiligendamm, balneario costero fundado en 1793 por el duque Friedrich Franz I. Y, en medio, Kühlungsborn, con su largo paseo marítimo (3.150 metros). El centro turístico de Rerik parte de la avenida de las Dunas, eje de una lengua de tierra que une la apacible localidad con la península de Wustrow, reserva natural accesible sólo en visitas guiadas que descubren su pasado como zona militar entre 1933 y 1993. Los más madrugadores podrán asistir al regreso de los pescadores al puerto, acompañados por los chillidos de un enjambre de gaviotas. En contraste con esta imagen bucólica, la llegada a la solemne Heiligendamm choca. La media docena de edificios neoclásicos recién remozados luce deslumbrante, haciendo honor a su apodo, Ciudad Blanca. En manos de la cadena Kempinski, el complejo hotelero y balneario reabrió el 1 de junio con la etiqueta del descanso de lujo que ya atrajo en otros tiempos a huéspedes como Rilke, Proust y el zar Nicolás I.

3 Warnemünde

A LAS ESPALDAS DE ROSTOCK

Ya a principios del siglo XIX llegaron los primeros veraneantes a sus 18 kilómetros de playas dispuestos a lanzarse a las frías aguas en zonas estrictamente divididas por sexos. Cerca del faro se instaló, en 1883, el primer puesto de alquiler de cestas de baño (de mimbre, con protección para el viento y doble banqueta), que hoy dan color a casi todas las playas de esta costa. Tras sufrir grandes destrozos en la II Guerra Mundial (fue sede de dos fábricas de aviones y una de submarinos), hoy el puerto de Warnemünde está conquistado por los turistas, que deambulan entre restaurantes y tiendas. Al final del día, la terraza del casino permite asistir al atardecer y seguir la estela de los barcos hacia Dinamarca, Suecia y Finlandia.

4 Fischland

PLAYAS SALVAJES Y PESCADO

Naturaleza protegida (algunas zonas son parque nacional), tranquilidad, 60 kilómetros de solitarias playas de arena finísima y buena comida. La península no se llama en vano Fischland, es decir, país del pescado. Y es un buen lugar para degustar especialidades de la zona como la anguila ahumada y los arenques en sus diferentes formas. Los alrededores del lago de agua semidulce que separa la península de tierra firme es en primavera y otoño escenario de la espectacular migración de miles de grullas, que descansan un tiempo cerca del lugar que en verano sirven para el surf y otros deportes.

5 Rügen

LA MÁS GRANDE

La mayor isla alemana y la más variada en su paisaje. Rügen, que fue eslava hasta el siglo XIV, lo tiene todo: mucho mar, 85 kilómetros de playas, cuatro ciudades, dos parques nacionales (obligado es Jasmund, con la abrupta zona litoral de Kreidekuste) y una reserva de la biosfera al sur de la isla, unida desde los años treinta a tierra por un paseo artificial de casi tres kilómetros. En una estancia breve conviene visitar los parques, el paseo marítimo de Binz y la profusión de arquitectura bañista tan característica de esta costa del Este. Y, más despacio, no olvidar la isla cercana de Hiddensee.

6 Usedom

EN LA FRONTERA POLACA

Situada a tres horas en coche de Berlín y pegada a la frontera polaca, Usedom es una isla repleta de lagos, bosques, pequeñas colinas, hermosas casas de campo, playas blancas y decenas de hoteles balneario. Fue tierra de pescadores, de nobles y expertos en finanzas; luego se transmutó en parada habitual de escritores y altos funcionarios. Pero todo eso ya es historia. Ahora, más popular, pero igual de lírica, la zona (Alhbeck, Heringsdorf y Bansin son los más importantes centros de baño) vive del turismo. Cerca de 40 kilómetros de arena blanca conforman una playa pespunteada por un paseo marítimo bien cuidado y ajardinado. Un restaurante en medio del mar, unido por un puente de más de medio kilómetro, permite una perspectiva diferente de la línea de costa. Usedom ofrece todo tipo de escapadas, ya que las poblaciones de la isla están interconectadas por tren de un lado a otro de la costa. Entre sus muchos lugares de interés, Peenemünde, un pueblecito de unos 400 habitantes que ha sufrido 60 años de dominación militar y donde se encuentran varios museo de historia técnica, armamentística y aeronáutica para no olvidar la historia del último siglo en Alemania.

Son tradicionales, en algunos puntos de la costa báltica alemana, los restaurantes en edificios sobre muelles en el mar, como éste de Sellin, en la isla de Rügen.
Son tradicionales, en algunos puntos de la costa báltica alemana, los restaurantes en edificios sobre muelles en el mar, como éste de Sellin, en la isla de Rügen.AGE FOTOSTOCK

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

Prefijo telefónico: 0049.

Información

- Turismo de Travemünde (45 02 80 40 y www.travemuende.de).

- Turismo de Bad-Doderan, localidad a la que pertenece el balneario de Heilligendamm (382 03 621 54 y www.bad-doberan.de). Datos del complejo hotelero, en: www.kempinski.com.

- Web de Rerik: www.rerik.de.

- Turismo de Warnemünde (381 54 80 00 y www.warnemuende.de).

- Turismo de la península de Fischland-Darss (383 24 64 00 y www.darss.net).

- Turismo de Rügen (383 88 07 70 y www.ruegen.de).

- Turismo de Usedom (38 37 52 34 10 y www.usedom.de).

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Sobre la firma

Lola Huete Machado
Jefa de Sección de Planeta Futuro/EL PAÍS, la sección sobre desarrollo humano, pobreza y desigualdad creada en 2014. Reportera del diario desde 1993, desarrolló su carrera en Tentaciones y El País Semanal, con foco siempre en temas sociales. En 2011 funda su blog África no es un país. Fue profesora de reportajes del Máster de Periodismo UAM/El País

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