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OFERTAS DE EMPLEO

Los españoles ya no emigran en busca de empleo

Sólo el 11% de las personas que cambiaron de ciudad entre 1987 y 2001 estaba en el paro

Los movimientos migratorios que durante las décadas de los sesenta y setenta protagonizaron tres millones de españoles para encontrar trabajo han pasado a la historia. El paro ya no es el principal motivo para hacer las maletas, ni tampoco la migración se traduce en una mejora laboral, según se desprende de un informe de Manpower, dirigido por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Oliver.

De acuerdo con el informe, sólo el 11% de los 1.880.000 españoles que emigraron entre 1987 y 2001 estaba en el paro, frente al 41% que tenía un empleo. Una vez en el lugar de destino, el porcentaje de desempleados ascendió al 19%, mientras que el de ocupados cayó al 40%. Las migraciones supusieron, pues, en algunos casos la pérdida del empleo o la imposibilidad de conseguirlo.

Baleares y Madrid, con tasas de paro inferiores a la media española, han registrado la mayor salida de ciudadanos en términos relativos

También la dirección de las migraciones corrobora que poco tienen que ver con el mercado laboral, ya que, contrariamente a lo esperado, no son las comunidades con mayores tasas de paro las que pierden población, ni viceversa. Sorprende, a juicio de Oliver, que Baleares y Madrid, con tasas de paro inferiores a la media española, hayan registrado la mayor salida de ciudadanos en términos relativos, mientras que la población de otras regiones con más desempleo como Murcia, Galicia y Andalucía apenas ha emigrado. También resulta paradójico que Extremadura y Castilla-La Mancha se hayan convertido en las primeras receptoras de inmigrantes, mientras que regiones económicamente más dinámicas como Madrid y Cataluña absorban una ínfima parte de esta migración.

Oliver considera que estos flujos migratorios obedecen básicamente al retorno de personas jubiladas a su comunidad, de la que partieron en décadas anteriores -el 47% de las personas que emigraron de 1987 a 2001 eran inactivas-, así como a la elevada movilidad de los empleados públicos, que en 2001 representaron un tercio del total de las migraciones. La escasa movilidad, que en este periodo se redujo un 43%, alimenta, según el informe, la entrada de inmigrantes de otros países que absorben las ofertas de trabajo que antaño habían cubierto españoles procedentes de otras comunidades.

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