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Un policía denuncia a un letrado por recordarle los derechos de los menores

El agente califica de "desobediencia" las observaciones del abogado

Rafael Iniesta, abogado especialista en menores, será juzgado mañana lunes por una falta de desobediencia a la autoridad. El policía nacional al que durante tres largas horas fue recordando artículos de la Ley Penal del Menor que consideraba se estaban vulnerando cuando acudió desde el turno de oficio a asistir a tres menores detenidos en la comisaría de Burjassot consideró que cada réplica del letrado era un acto desobediencia.

El teléfono móvil sonó a las 11.50 del domingo 30 de marzo pasado. Rafael Iniesta, presidente de la sección de abogados de menores de Valencia y diputado séptimo en la Junta de Gobierno del Colegio de abogados, estaba de guardia. Tres menores de 14, 15 y 16 años habían sido detenidos de madrugada, a las 4.00, por supuesta tentativa de robo de una moto. Ocho horas tardó la policía en avisar al letrado. La ley explicita que debe ser el mínimo tiempo posible. Iniesta llegó a la comisaría sobre las 13.00. Por el pasillo que conducía a la sala en la que debía asistir a los menores vio un cartel, junto a un "ventanuco", que señalaba: "Calabozos para menores". Según Iniesta, la ley prohíbe que los menores estén en calabozos. Ésa fue, según el letrado, la primera observación que hizo al agente, al que pidió a renglón seguido que sacara a los tres del habitáculo. Y ése fue el principio de una serie de diferencias que han acabado en los tribunales.

Iniesta asegura que el policía le dijo que era "un convidado de piedra" y que se callara. "Porque no me va a decir usted a mí qué tengo que hacer", le espetó. El letrado pidió, al amparo de los artículos 17 y 22 de la Ley Penal del Menor, entrevista reservada con los detenidos. Otro motivo, dice el abogado, de diferencia con el agente, que afirma que le dijo: "Oiga, ¿usted qué se ha creído? No me toque las pelotas".

Finalmente, Iniesta se entrevistó uno tras otro con los tres menores. Les recordó el derecho que recoge la ley a no declarar y cuando llegó el momento de que el policía recogiera su testimonio, los chicos se acogieron al silencio. Eso motivó, según Iniesta, una nueva discusión con el agente, que hizo incluso que barajara la posibilidad de solicitar un habeas corpus. Acabado el trámite, los menores quedaron en libertad. Antes de salir debían recoger sus efectos personales. Entre ellos, los cascos de moto que llevaban. El policía entonces les dijo que no se los daba porque no tenía ninguna prueba de que fueran de ellos y que si los querían que trajeran la factura. No pudieron recogerlos hasta el día siguiente.

Iniesta puso en conocimiento de la Fiscalía lo ocurrido, primero de forma informal y luego oficialmente. La fiscalía no ha abierto investigación porque existe un procedimiento, según Iniesta. Además, informó al Colegio de Abogados de la posible vulneración del derecho a la defensa. Considera que los derechos de los menores fueron "deliberadamente atropellados". Explica que los chicos estuvieron en calabozo, cuando no lo permite la ley; que a la primera madre se avisó de la detención cuatro horas después; que se hizo ficha dactiloscópica y fotos por una falta y antes de prestar declaración; que se les detuvo porque el dueño de una moto dijo que habían intentado robársela al encontrarla desplazada unos 100 metros del lugar donde la dejó aparcada y que después no presentó denuncia; que la detención, la primera de los tres, se efectúa a sabiendas de que los hechos iban a ser calificados como falta; que no se les informó debidamente de sus derechos; y no existió presunción de inocencia.

El letrado agrega: "Este caso sólo demuestra una práctica más habitual de lo que pensamos. Se vulneran en muchas ocasiones sus derechos. Los medios que tenemos son escasos para todos, pero hay que cumplir la ley. Que estén en calabozos es ilegal, como todo lo demás. No se les puede encerrar el tiempo que a uno le dé la gana. Y es tan absurdo todo que tres días después de estos hechos, me entero por un compañero de menores que estuvo en esa comisaría dos días antes que yo y que se quejó por escrito de las denigrantes condiciones de los calabozos, que la propia policía reconoció por escrito que esos habitáculos no son como deberían ser".

Iniesta será juzgado por una falta de desobediencia, según el artículo 634 del Código Penal, tras la denuncia del policía una semana después de los hechos. El Colegio de Abogados de Valencia le concedió el amparo y su decano, Fernando Alandete, ejercerá la defensa. Desde la comisaría de Burjassot no quisieron manifestarse sobre el tema.

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