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Crónica:CAMPEONATOS DEL MUNDO DE NATACIÓN | Sincronizada
Crónica
Texto informativo con interpretación

Gemma Mengual lo vive

La nadadora española se cuelga el bronce en solo, a 83 milésimas de la plata, tras un emotivo y expresivo ejercicio

No hay discusión. Gemma Mengual ya es la mejor especialista española de todos los tiempos. Y una de las tres mejores del planeta en la actualidad. Ayer, en la final de solo, como había hecho la víspera en la prueba de combinada, se colgó una nueva medalla, de bronce en esta ocasión, para confirmar definitivamente que se ha asentado en la élite mundial. Sólo 83 milésimas la separaron de repetir la plata de la combinada, que en el solo fue a parar a la rusa Anastasia Ermakova. El oro no se discutía:coronó a la actual reina de la sincronizada, la francesa Virginie Dedieu, cuyo ejercicio suscitó un 10 unánime del jurado en impresión artística, y concedió a Francia el primer título mundial en esta disciplina.

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Pese a que no logró subirse al segundo cajón del podio, Mengual demostró, con una excelente actuación, que, si hay alguien capaz de trabajar en la línea de la nadadora francesa, ésa es ella. Las dos apuestan por ejercicios que, más allá de la técnica, se cimentan en la emoción, buscan la implicación del público y del jurado a través de los sentimientos. Dedieu y Mengual nadan, bailan, representan y viven sus números como ninguna otra nadadora. No por casualidad, ambas han trabajado con Maria Maximova, la ex seleccionadora rusa. Y sólo la nota de la rutina técnica que Ermakova arrastraba de las preliminares (48.250 para la rusa frente al 48.167 de Mengual) impidió que la nadadora española sucediera en el podio a Dedieu, que, no obstante, está un peldaño por encima de sus competidoras. Y es que, en el ejercicio de ayer, la nadadora barcelonesa, bronce también en el pasado Europeo de Berlín, igualó en todos los registros a la rusa: obtuvieron idéntica puntuación tanto en la parcela técnica como en la artística para obtener una media de 49.167, que sumada a la media de la rutina técnica acabó concediendo la plata a Ermakova. "He hecho todo lo posible por no perder el tercer puesto que tenía de las preliminares e, incluso, he luchado por la plata", dijo Mengual aún emocionada. "Me habían dicho que con la puntuación de hoy la plata era para mí, pero al final no ha sido así", señaló; "creo que la próxima la ganaré yo".

No cabe la duda sobre las palabras de Mengual. Pese a no haber sido premiado con la plata, su número apareció más espectacular y más conmovedor que el de Ermakova. Tras superar la emoción que la embargó cuando aguardaba para hacer su presentación -al borde de las lágrimas, asistía al ánimo incesante del público-, Mengual se lanzó a la piscina con los nervios controlados y con un objetivo claro: bordar la técnica. Sabía que la medalla dependía de ello, pues, como demostró, la parte artística la tiene dominada.

Nadie mejor que ella para, con su expresividad y emotividad, representar a la pérfida Salomé. Conducida por los ritmos árabes de su coreografía, Mengual recorrió la piscina trazando movimientos limpios, rápidos, siempre en armonía con la música. Clavó sus figuras -a diferencia de lo que había sucedido en las preliminares, no cometió ningún error- y, con la expresividad y el duende que la acompaña cuando baila, bordó el ejercicio, antes de abandonar la piscina, ya entre lágrimas.

"Ha sido espectacular", celebró Anna Tarrés, su entrenadora, más nerviosa y emocionada que la propia Mengual. "Su impresión artística ha hecho vibrar al público; es una crack", añadió antes de fundirse en un emocionado abrazo con su pupila. La ocasión lo merecía. Y Mengual, que también recibió la calurosa felicitación de la reina Dedieu, lo sabía. "Es la segunda medalla y soy consciente de que es algo histórico, aunque aún no me lo creo", señaló la escultural nadadora catalana, que hoy espera colgarse "otro bronce" en la final de duo junto a Paola Tirados.

Gemma Mengual, durante su ejercicio de solo a ritmo de Salomé.
Gemma Mengual, durante su ejercicio de solo a ritmo de Salomé.CARLES RIBAS

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