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Reportaje:CAMPEONATOS DEL MUNDO DE NATACIÓN | Sincronizada

La mujer pez

La mejor especialista española de todos los tiempos se define como "una despistada integral y un poco loca"

Santiago Segurola

La fascinación de Gemma Mengual, 26 años, por la natación sincronizada viene de lejos. Su prima Judith viajaba cada verano a Barcelona, donde tenía ocasión de mostrar sus habilidades en el agua. A Gemma le parecía irresistible la idea de lanzarse al agua y ejecutar aquellos movimientos de ballet. Sus padres no encontraron otro remedio que inscribirla en el club Kallipolis, foco capital de una especialidad casi desconocida en España. Tenía nueve años y una timidez que ha desaparecido con el tiempo. Es abierta, expansiva, de una vitalidad contagiosa. "Y un poco loca", suele decir.

Se define como una despistada integral -"voy por la vida perdiendo cosas"- y no duda en declararse patosa. Nadie lo diría al verla en el agua, "donde es un pez", según su entrenadora Ana Tarrés, la mujer que detectó el talento de Gemma cuando era una niña. La recuerda como una adolescente típica, "insegura, sensible, hedonista". La parte hedonista no ha desaparecido. "Sabe cómo disfrutar de la vida", dice Tarrés. De la inseguridad tampoco hay rastro, de lo contrario difícilmente podría enfrentarse a la exigencia de su trabajo en el agua. No le ha abandonado el miedo al ridículo, lo que evidentemente anima su lado perfeccionista: "Siempre pienso que me voy a ahogar, que me voy a fatigar". Ni se ahoga, ni se fatiga tanto como dice. En Barcelona ha nadado diez veces en siete días, en todas las disciplinas de la sincro. Sin embargo, es cierto que es la nadadora con menos capacidad de resistencia del equipo. Lo dicen sus niveles de ácido láctico en la sangre. En términos atléticos, es una sprinter que se distingue por todas las cualidades de los velocistas: explosiva, con una gran potencia en sus brazos y piernas. Su expresividad sólo admite la comparación de la formidable francesa Virginie Dedieu, expresiva de otra manera, sin duda menos racial. Tarrés observó todas estas cualidades muy pronto. En 1992 la incorporó a su equipo. Un año después fue subcampeona junior de Europa. Tiempo después sufrió una lesión en el hombro que le produjo problemas de estabilidad. "Quiso compensar el efecto de la lesión con el resto del cuerpo", dice su entrenadora.

"Siempre pienso que me voy a ahogar, que me voy a fatigar", dice Mengual
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Gemma Mengual lo vive

Está dedicada plenamente a la natación. Sus tres medallas en los últimos Campeonatos de Europa le han asegurado una beca de 4.800 euros al año. Aficionada al melodrama en el cine, su actor favorito es Bruce Willis. Dice que es ahora cuando comienza a disfrutar del cine musical -"me encantó MoulinRouge- y de las películas de Esther Williams, la actriz que popularizó las coreografías acuáticas de Busby Berkeley. Le gusta disfrutar de un buen restaurante y de su nuevo Mini. Admite rápidamente su orgullo competitivo -"cuando nado, quiero demostrar que soy la mejor"- y prefiere las pruebas individuales a las colectivas, "porque me expreso mejor y porque prefiero asumir las cuestiones de responsabilidad". Sin embargo, no tiene capacidad de liderazgo. "Soy un espíritu libre", añade. Su objetivo final son los Juegos de Atenas, donde buscará su primera medalla olímpica.

Gemma Mengual levanta la pierna en uno de los ejercicios de la final de solo.
Gemma Mengual levanta la pierna en uno de los ejercicios de la final de solo.CARLES RIBAS

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