La niña y el soldado

Shevaun Pennington es una niña como tantas otras en el mundo. Doce años, un cuerpo más desarrollado de lo normal a su edad, estudiante brillante, muchas amigas y una obsesiva dependencia de Internet. Shevaun llegaba a pasar hasta 11 horas chateando en el ordenador instalado en la cocina de su modesta casa de Leigh, no lejos de Manchester, al norte de Inglaterra. Su madre no estaba alarmada por sus largas sesiones en la red, aunque 11 horas le parecía un exceso y le impuso un límite: cinco horas diarias.

El miércoles pasado, Shevaun le pidió el pasaporte para sacarse un bono de autobús para menores de 16 años. Su madre no sospechó nada. "No tenía razones para desconfiar de ella", ha explicado luego. Para Shevaun, con más de 1,60 metros de altura a sus 12 años, era habitual tener que aportar una prueba de que era menor de 16 años.

Shevaun, de 12 años, pidió el pasaporte a su madre y tomó un vuelo de Manchester a París con el estadounidense

Pero Shevaun no quería el pasaporte para sacarse un bonobús, sino para fugarse con su novio americano de Internet, Toby Studabaker. El problema es que Studabaker no es un cándido adolescente enamorado, sino un soldado profesional de 31 años que combatió con los marines de EE UU en Afganistán y que dejó el cuerpo de marines el 30 de junio por una lesión en la espalda.

La policía todavía no le acusa de nada. El rastreo del ordenador de Shevaun revela que el ex marine Studabaker, viudo prematuro ya que su esposa murió de cáncer el año pasado, probablemente creía que ella tenía 19 años. Pero el caso es que se sabe que ambos viajaron juntos el sábado a París y que no hay señales de vida de ninguno de ellos. El padre de la niña confía en que Toby actúe como un caballero. "Estoy seguro de que cuando se dé cuenta de que ella es una niña de 12 años hará lo adecuado y nos la devolverá a casa", dijo el lunes.

Pero anoche aún no había noticias de la niña y el soldado y algunos antecedentes de Studabaker no invitan a la confianza. En 1998 la policía le investigó por supuestos abusos a una niña de 12 años, pero no se encontró ningún indicio contra él y el caso se cerró sin cargos. Otra vez le acusaron de tocamientos indecentes a su sobrina de nueve años, pero tampoco entonces se encontró nada lo bastante serio como para acusarle.

La policía británica está muy confusa y no está claro dónde puede estar la pareja. La niña dejó su casa el sábado a las 7.30. En teoría, se iba de compras con unas amigas. "Se asomó por la puerta y nos dijo adiós. Fue la última vez que la vimos", relata su padre. Pero Shevaun no se fue de compras, sino al aeropuerto de Manchester. Allí se encontró con Toby Studabaker, que a las 7.45 había aterrizado en Manchester tras volar desde Detroit vía Amsterdam.

Ambos volaron entonces a Londres y tomaron un vuelo desde Heathrow a París al aeropuerto Charles de Gaulle. Y allí empieza el mayor misterio. La policía francesa primero negó la presencia de la pareja en territorio francés. Pero ayer tarde confirmó que ambos habían llegado a París y que la niña había volado luego de vuelta a Inglaterra, a Liverpool, sin la compañía del soldado. "Encontramos su rastro el 12 de julio por la noche y volvimos a encontrar el rastro de la niña dos horas y media después en el aeropuerto de Roissy", el otro gran aeropuerto parisiense. "Cogió un vuelo con destino a Liverpool acompañada de tres personas, pero sin el norteamericano. No penetró en territorio nacional y permaneció en la zona internacional", asegura la policía francesa.

Pero la policía de Leigh ha puesto en duda que Shevaun volara de regreso a Inglaterra. "Bajaron del avión en Charles de Gaulle, pero la última pista que tenemos de ellos es a las ocho de la tarde del sábado", sostienen los investigadores británicos, que creen que los fugados se dirigieron a Roissy y pueden haber cogido allí un vuelo a no se sabe dónde. La compañía EasyJet también pone en duda que tomaran su vuelo a Liverpool.

Anoche, un hermano del marine comentó que Studabaker, muy preocupado con las acusaciones que se están dirigiendo contra él, se había puesto en contacto con el FBI para negociar su regreso a EEUU tras asegurar que no había tocado a la niña y que ésta le había mentido diciendo que tenía 19 años.