ETA pone una bomba en 'sanfermines' para extorsionar a un hotel de Pamplona
Los explosivos estuvieron en los baños y fueron trasladados al sótano por una limpiadora
ETA ha llevado su campaña terrorista de extorsión a los empresarios hasta el corazón de Pamplona, en el fin de semana grande de los sanfermines. Los artificieros de la policía desactivaron ayer un artefacto compuesto por cuatro kilos de explosivos que la banda colocó el sábado en el servicio de señoras de un céntrico hotel pamplonés y no llegó a estallar. Un comunicante anónimo avisó telefónicamente en dos ocasiones a la recepción del hotel de la existencia de la bomba y precisó que se había colocado en el establecimiento por no pagar el llamado impuesto revolucionario.
La bomba colocada en el hotel Maisonnave de Pamplona se suma a la cadena de cuatro atentados cometidos en el espacio de un mes por ETA en Vizcaya. Varios de ellos tenían también a empresas como destinatarias. Es el caso de los 15 kilos de cloratita que el 23 de junio dañó el hotel los Tamarises de Getxo, del artefacto que destruyó hace una semana dos camiones de la empresa de transportes Azkar en Bedia o del coche bomba trampa colocado junto a unas instalaciones de Iberdrola en Bilbao el 1 de julio.
El hotel Maisonnave, situado en la calle Nueva, en pleno casco antiguo de la capital navarra, se encuentra estos días al completo y celebra todos los días dos concurridas tertulias taurinas. La bomba, de "gran potencia", según la Delegación del Gobierno en Navarra, se encontraba oculta en el contenedor de compresas del baño de señoras y no fue hallada por la policía el pasado sábado, cuando se recibió el primer aviso. Un comunicante anónimo llamó a la recepción del hotel desde un móvil y anunció textualmente. "Hablo en nombre de ETA. Por no pagar el impuesto revolucionario, en media hora hará explosión un artefacto explosivo. Procedan al desalojo".
Segundo aviso
Los equipos de explosivos del Cuerpo Nacional de Policía revisaron el establecimiento y al no hallar nada levantaron el dispositivo a las 20.30. A las 12.25 de ayer se recibió en recepción una segunda llamada que se realizó desde una cabina telefónica de la localidad de Estella, distante 45 kilómetros. Una voz que había sido grabada y distorsionada repitió el aviso y precisó el lugar donde estaba la bomba. Sin embargo, para entonces el baño ya había sido limpiado y el artefacto se encontraba en el sótano del edificio. La señora de la limpieza comentó posteriormente que notó que el contenedor pesaba más de lo normal y que incluso vio en su interior "una cosa de plástico oscuro". Cinco horas más tarde, a las 17.15, los artificieros consiguieron neutralizar la bomba y se puso fin al desalojo del hotel y de los edificios colindantes. La Delegación del Gobierno no informó del motivo por el que no explosionó el artefacto ni del tipo de explosivo empleado por los terroristas.
El establecimiento, de tres estrellas, y uno de los de más raigambre de la ciudad, es propiedad de la familia pamplonesa Alemán. Lo dirige desde hace más de dos décadas Patxi Alemán, conocido empresario de hostelería. Durante 1998 y 1999 Euskal Herritarrok, que tenía su sede en la misma calle, eligió el Maisonnave para dar numerosas ruedas de prensa.
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