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Reportaje:

Un populista hacia la presidencia

El alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, se perfila como firme candidato a llevar al PRD al poder

El populismo es su tarjeta de presentación, en la que deja claro que es un luchador por la democracia y que no le hacen mella las críticas, pues cuenta con el respaldo de amplias capas de población que lo tienen en la cresta de la popularidad. Andrés Manuel López Obrador, el jefe de Gobierno de Ciudad de México, es el candidato más fuerte a la presidencia mexicana, cuando comienza la lucha por el cargo, que se resolverá en tres años.

Es un fundamentalista de la honestidad, que creció políticamente en el desprestigiado Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el cual aprendió a transitar de la izquierda al centro sin despreciar algunas posiciones que pueden ser de derecha. Nació en una familia campesina de la comunidad de Tepetitán, en el sureño Estado de Tabasco, en 1953. Su tierra es un lugar rico en petróleo y otros recursos naturales, así como territorio de caciques priístas de distinto talante, como el actual presidente del partido, Roberto Madrazo, al que López Obrador tiene como enemigo político declarado.

Gobierna la urbe más grande del mundo, el Distrito Federal,donde viven cerca de nueve millones de personas. La llama "la ciudad de la esperanza", una capital en la que se cometen más de 500 delitos al día y en la que todo el mundo vive en la zozobra de la inseguridad. En Ciudad de México y su zona conurbada se genera cerca de un 25% del Producto Interior Bruto y se alzan los poderes políticos del país.

En Villahermosa, la capital de Tabasco, Andrés Manuel López Obrador llevó una vida austera al lado de su familia, en una pequeña casa de un barrio de clase media, lejos de los lujos que rodean a los dirigentes del PRI. En ese partido comenzó al amparo del poeta Carlos Pellicer y creció con el apoyo de otro intelectual progresista, Enrique González Pedrero, después de titularse como licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Al parecer realizó estudios en Moscú, dato que no aparece en su biografía.

Nacionalista duro, adversario de banqueros corruptos y funcionarios deshonestos, no ha dudado en encabezar la ocupación y el bloqueo de pozos petroleros, y las marchas de campesinos a Ciudad de México para reivindicar sus derechos.

Andrés Manuel -como le llaman popularmente- es un hombre que se unió a Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y otros priístas en 1987 para crear la opositora Corriente Democrática en el PRI, que sería la célula del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Cárdenas y López Obrador parecían una pareja de éxito en el fortalecimiento de la oposición de centroizquierda, pero los afanes políticos de cada uno los alejaron, al grado de que hoy se ven como enemigos.

La guerra tiene que ver con la nominación del candidato perredista a la presidencia en 2006. Son muchos los que creen que López Obrador debe desplazar a Cárdenas como candidato del PRD, pero una batalla entre ambos puede fraccionar al perredismo, que se encuentra dividido en facciones que no dudan en despedazarse cada vez que tienen ocasión.

López Obrador llegó al gobierno de Ciudad de México sin ser un nativo de la urbe. Todavía se recuerda que no cumplía con todos los requisitos para ser elegible, pero los trucos políticos lo convirtieron en un candidato con el apoyo de su antecesora, Rosario Robles, a la que atacó prácticamente en cuanto llegó al poder. Aglutinó en su entorno a casi todos los sectores contrarios a Cárdenas en el PRD y aplicó un plan que comenzó con el lema "por el bien de todos, primero los pobres", una posición de izquierda desde la cual ha girado hacia el centro. Este viraje lo ha acercado a personajes como el multimillonario Carlos Slim, que ha invertido grandes sumas en varios negocios que el político ha capitalizado de diversas formas.

El candidato populista niega que quiera ser presidente, como todo político mexicano surgido del PRI. Pero nadie le cree, pues goza de un 80% de aceptación entre los habitantes de la urbe, donde ha otorgado dietas de unos 60 dólares al mes a miles de ancianos. Además, sus políticas populistas mantienen bajas las tarifas de un ruinoso transporte y los precios de algunos alimentos básicos. El peje

del

Gobierno, como le apodan con relación al pejelagarto (un pez de Tabasco), ha abierto escuelas de distintos niveles, da trabajo a miles de hombres y mujeres en puestos temporales, rebaja impuestos temporalmente y vive de la popularidad, pero rechaza el rótulo de populista. Aún así, su parecido a los viejos políticos del PRI de los años cincuenta o sesenta es inocultable.

Sus recientes propuestas de reformas al andamiaje de las campañas electorales también parecen delatar sus aspiraciones. Cuando cayó el telón de los comicios intermedios de 2003, en los que el PRD arrasó en Ciudad de México, López Obrador lanzó la idea de que algunas campañas políticas sean de menos de tres meses, al recordar que en años anteriores un candidato a gobernador gastó 72 millones de dólares en la campaña, mientras que el aspirante a la presidencia de Estados Unidos gastó 50 millones en el mismo año.

La reducción de tiempo y dinero en las campañas disminuiría el trabajo de los especialistas en imagen que, según él, restan autenticidad al candidato y provocan el desencanto de la población. Sin embargo, esta reforma también limitaría a sus potenciales contrincantes, en tanto que López Obrador está en campaña desde hace mucho tiempo, exactamente desde que llegó al poder en la capital mexicana.

Andrés Manuel López Obrador, alcalde de Ciudad de México.
Andrés Manuel López Obrador, alcalde de Ciudad de México.AP

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