El euro acentúa su tendencia a la baja y el crudo supera los 29 dólares

El euro retrocedió ayer por debajo de 1,13 dólares bajo la presión, según los expertos, de las declaraciones al Financial Times del canciller alemán, Gerhard Schröder, en las que dejaba entrever que Alemania está a favor de un moneda europea débil (favorecería sus exportaciones) y criticaba indirectamente la postura de Banco Central Europeo (BCE). Las palabras del canciller agudizaron una tendencia a la baja que la moneda europea venía experimentando desde principios de semana, a medida que parte de las inversiones del mercado de divisas pasaba al de renta variable.

Los mercados pusieron ayer el broche de oro a una semana bastante positiva. Las bolsas europeas arrancaron el lunes con importantes avances y durante los días siguientes perdieron un poco de gas, aunque sin retrocesos, y ayer las bolsas más importantes de Europa ganaron entre el 1,5% y 2%.

El selectivo índice Ibex 35 de la Bolsa de Madrid cerró la semana con una avance acumulado del 2,5% y se mantiene como la más rentable de las grandes de Europa, con una ganancia anual acumulada del 15,43%.

El mercado del petróleo, mucho más especulativo y volátil, dio la nota. Ayer, el barril brent para entrega en agosto superó los 29 dólares en el mercado londinense, mientras que el barril de referencia del mercado neoyorquino superó los 31 dólares, ante la expectativa de que el huracán Claudette provoque problemas de abastecimiento en EE UU puesto que está azotando el golfo de México. En la semana, el petróleo se ha encarecido casi dos dólares.

En los puertos de esta zona recalan muchos buques petroleros, especialmente venezolanos, que suministran el crudo que las refinerías necesitan. En plenas vacaciones de verano y con millones de coches estadounidenses hambrientos de gasolina cualquier riesgo de interrupción de suministro dispara los precios del crudo.

Lo cierto es que, aun por cuestiones transitorias como una tormenta tropical, el precio del crudo se mantiene en niveles muy altos, y si el euro se deprecia más frente al dólar, la factura energética española se incrementará sensiblemente y, con ésta, la temida inflación.