A las puertas de la leyenda
El waterpolo, que aspira a su tercer título, Jivanévskaia, Meca y Mengual, bazas españolas
"Si ganamos el tercero, me moriré en la piscina". Expresivo y excesivo, como siempre, dentro y fuera de la piscina, el portero de la selección española de waterpolo, Jesús Rollán (Madrid, 1968), resume de maravilla el reto mayúsculo e inédito que asume el mejor equipo en deportes colectivos con el que jamás haya contado España. Alza su mano derecha y estira cuatro dedos Dani Ballart (Barcelona, 1973) para testificar ante la prensa, como lo haría ante un juez poniendo su mano sobre la Biblia. "Llevamos cuatro finales del campeonato del mundo consecutivas, ¡eh!; dos las hemos ganado y dos las hemos perdido. Con eso queda todo dicho. Somos ambiciosos y queremos hacer historia". Y Rollán remacha la frase con la certeza de lo que la selección espera encontrarse en Barcelona: "En este deporte existe una igualdad absoluta entre los primeros cinco o seis equipos del mundo. Hay muchos que nos tienen ganas y van a ir a por nosotros".
El camino español puede ser tortuoso o plácido en función del resultado del partido ante Rusia
El desafío de la selección de waterpolo no es moco de pavo: lograr en casa el que sería su tercer título consecutivo, algo que ningún otro equipo ha conseguido. Yugoslavia e Italia, los últimos verdugos de España en las finales de 1991 y 1994, y Rusia suman dos títulos, mientras que la gran Hungría, el eterno favorito sólo pudo imponerse en el primer campeonato del mundo para luego perder cuatro finales. La selección ha llegado a un punto de madurez en el que, además de haber superado sin ningún trauma la retirada de Manuel Estiarte, puede permitirse mirar a otro lado y no darle la menor importancia a un tropiezo tan sonado como el que sufrió en el reciente Europeo, en el que encajó una inesperada goleada (10-2) ante Hungría en cuartos de final. "Los jugadores no son máquinas y afrontamos el Europeo, que se jugó hace sólo cuatro semanas, sin preparación porque nuestro objetivo era llegar en las mejores condiciones posibles al Mundial", explica el seleccionador Joan Jané.
El camino español hacia el podio puede ser tortuoso o plácido en función del resultado de su partido ante Rusia en la primera fase, en la que Brasil y Eslovaquia se perfilan como rivales más que asequibles. Los primeros de grupo se ahorran la eliminatoria de octavos de final y en tal caso, el presumible rival español en cuartos de final sería Estados Unidos o Australia, que curiosamente en waterpolo son la antítesis de la natación, es decir, poca cosa. Pero caso de perder ante Rusia, España tendría que vérselas con toda seguridad con la temible selección de Serbia y Montenegro, ganadora del Europeo.
El equipo de natación gira en torno a la rusa nacionalizada española Nina Jivanévskaia. A sus 26 años, tiene una espina clavada por su decepcionante participación en el anterior Mundial de Fukuoka, la ciudad japonesa donde no pudo repetir la medalla de bronce que había logrado en los 100 espalda en los Juegos Olímpicos de Sydney. Fue cuarta, después de haberse preparado en solitario, sin entrenador, porque prefería seguir en Torremolinos, donde residía con su marido desde que llegó a España. El año pasado, en el Europeo de Berlín, Nina logró oro en 50 y plata en 200 espalda. En Barcelona se alineará en los 50 y en los 100 espalda. Es la única posibilidad seria con la que cuenta la natación española en Barcelona. Esta temporada Jivanévskaia tiene la tercera mejor marca en los 50 espalda, con 28.66, y la cuarta mejor marca en 100 espalda, con 1:01.08. A pesar del subcampeonato de Europa alcanzado por el relevo femenino de 4x200 libres, el objetivo para el resto del selectivo equipo formado por Carles Subirana es entrar en las finales, algunos en las A y otros en las B.
Las posibilidades de movimiento en el medallero español, por lo demás, recaen en dos avezados especialistas, Gemma Mengual (Barcelona, 1977) sincronizada y David Meca (Sabadell, 1974) en aguas abiertas. Mengual, sexta en el Mundial de Fukuoka en la modalidad de solo, tiene una magnífica ocasión para consagrar esta minoritaria pero difícil y espectacular modalidad. Llega en la plenitud de su carrera y se ha preparado a conciencia para la cita. La francesa Virginie Dedieu, la rusa Olga Brusnikina y la japonesa Miya Tachibana son, en principio, sus rivales. También en dúos, junto a Paola Tirados, cuenta con alguna posibilidad, mientras que en equipos, España se acerca a la elite: Rusia, Japón, Francia, Canadá y Estados Unidos.
Meca, ganador de 28 pruebas de la Copa del Mundo, es uno de los mejores nadadores del mundo en larga distancia. En 1998 fue medalla de plata en los Mundiales de Perth, bronce en el Europeo del año pasado y, en 2000, fue el primer nadador capaz de ganar medalla en las tres pruebas del Mundial de la especialidad celebrado en Honolulu: oro en 10 kilómetros y plata en los 5 y en los 25 kilómetros. Esta vez no se alineará en los 5 kilómetros. Aprieta la competencia y exige el seleccionador.
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