A la caza de Thorpe
El nadador australiano será el gran protagonista de la competición, pero su reinado está seriamente amenazado por primera vez
La hegemonía de Ian Thorpe, sólo vulnerada por su sorprendente derrota frente al holandés Pieter Van den Hoogenband en la final olímpica de 200 metros libres, será examinada en Barcelona en todas las pruebas. Por primera vez en una trayectoria que le vio ganar su primer título mundial con 15 años, el nadador australiano no ha batido ningún récord del mundo en los últimos doce meses. El dato es interesante porque hasta ahora los récords se le quedaban cortos. Durante los últimos cinco años su mensaje era tan autoritario que su único rival no estaba en las piscinas. Luchaba contra el mito de Mark Spitz, el mejor nadador de la historia. Thorpe tiene todo el derecho a desafiar a Spitz. Ha sido precoz, ha batido récords casi a diario, ha ganado cinco medallas olímpicas con 17 años y es el héroe de un país que tiene a sus nadadores por dioses. Y sólo tiene 20 años, de manera que su horizonte puede alcanzar los Juegos de Pekín, en 2008.
A Van den Hoogenband, que adecua su estrategia a todos los desafíos, le aguarda uno espectacular
Nathalie Coughlin, versátil y veloz, aspira a convertirse en la reina del campeonato
Thorpe es el hombre de los Campeonatos del Mundo. Lo es por sus marcas y por lo que representa. Es el nadador mediático. Su fama es planetaria, cosa infrecuente en un deporte que demasiadas veces parece recluido en su universo de agua y cloro. Llega a Barcelona con sus récords, sus títulos y sus contratos publicitarios. Viene como buque insignia de la natación australiana, nada menos. Pero también viene más amenazado que nunca. En los últimos Campeonatos de Australia le cercó Grant Hackett, el nadador que más ha sufrido la dictadura de Thorpe. En condiciones normales, Hackett sería el mejor nadador del planeta. Excepcional en los 400, 800 y 1.500 metros, es una autoridad en los 200 metros libre y apunta maneras en el 100, donde está a punto de bajar de 50 segundos. Esta mejora en su velocidad le ha permitido acercarse más que nunca a su célebre compatriota.
Al fondo aparece Van den Hoogenband, el maestro de la velocidad. El holandés protagonizó en Sydney uno de los grandes momentos de la historia olímpica. Ganó a Thorpe en su casa, en su prueba y con un récord del mundo. Fue en los 200 metros libres, prueba que parecía patrimonio del formidable australiano. Van den Hoogenband salió de los Juegos convertido en una celebridad. Derrotó a Thorpe y venció al ruso Popov en los 100 metros libres, con un fastuoso récord mundial. Sólo él ha bajado de 48 segundos. Desde entonces no ha podido superar a Ian Thorpe, pero ha dado la impresión de estudiarle, apuntar sus puntos débiles y esperar el momento de sorprenderle de nuevo. Van den Hoogenband pasa por ser el más inteligente de los nadadores, alguien capaz de adecuar su estrategia a todo tipo de desafíos. En Barcelona tendrá uno espectacular.
Los estadounidenses han encontrado una mina en el joven Michael Phelps. Cumplió 18 años hace dos semanas y, en algunos aspectos, recuerda la grandeza de Thorpe. Ahora mismo tiene los récords mundiales de 200 metros mariposa, 200 y 400 metros estilos. Debutó a lo grande en los Juegos de Sydney, con 15 años, el más joven de los nadadores norteamericanos desde los Juegos de 1932. Antes de cumplir 16 años batió su primer récord del mundo (200 metros mariposa) y adelantó a Thorpe como el plusmarquista más joven de la historia. Por cuestiones de especialidad, las carreras de ambos eran divergentes. El australiano se dedicaba al libre y el americano dominaba la mariposa y las pruebas de estilos. Sin embargo, los dos convergirán en los 200 metros estilos, prueba novedosa en el repertorio de Ian Thorpe. El duelo, que tendrá como tercer protagonista al italiano Rossolino, se promete como uno de los techos de los Mundiales.
Sin la alemana Franciska Van Almsick, la categoría femenina tiene como estrella de cartel a la estadounidense Nathalie Coughlin, pero sin excesos. Versátil y veloz tendrá rivales considerables en los 100 metros libres, donde no es la favorita, 100 espalda y 100 mariposa. La holandesa Inge de Bruin, protagonista en Sydney 2000 con unas marcas asombrosas en 100 metros libres y 100 mariposa, regresa de dos años sabáticos con el objetivo de ganar las pruebas de 50 metros en las dos especialidades. Es un objetivo a corto plazo. Al fondo están los Juegos de Atenas, donde la veterana holandesa se medirá nuevamente con la estadounidense Jenny Thompon, otra nadadora que está en la treintena. Tiempo atrás esas edades eran desconocidas en la gran competición, pero las cosas han cambiado. Las grandes estrellas han logrado hacer dinero con la natación, a través de patrocinios y publicidad. Thompson, De Bruin y el ruso Alexander Popov son los referentes de este nuevo tiempo. En Barcelona tendrán el protagonismo de siempre.
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