Un verano cerca del mar

El mar. Todos coinciden. Es lo que más les gusta de Cataluña, porque no lo han visto jamás y porque es radicalmente distinto al lugar en el que viven: el desierto. Son los 850 niños saharauis que en la madrugada del jueves llegaron a Cataluña para pasar el verano acogidos en familias dentro del programa Vacaciones en paz 2003.

El objetivo del programa es dar un respiro a los niños saharauis que viven en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia), en pleno Sáhara. Durante los primeros días de estas especiales vacaciones, los niños se someten a varias revisiones médicas. Lo más normal es que les falten vitaminas y hierro ya que en su casa se alimentan de la comida procedente de la ayuda humanitaria internacional.

"Puede llegar a comerse cinco plátanos en un día", afirma Joan, un barcelonés de 45 años, de Salek, un chico saharaui de 15 que pasará el verano con su familia. Joan repite experiencia. Acogió a Salek un verano y antes lo había hecho durante tres con otra niña saharaui. "Fuimos a los campamentos a conocer a las familias de los niños y su hospitalidad es impresionante", cuenta. "Para ellos es muy importante que sus hijos pasen el verano con nosotros, y te lo agradecen", añade.

Emboiric Ahmed, delegado del Frente Polisario en Cataluña, dio la bievenida a un grupo de estos niños el pasado jueves: "Ellos conocen el mar de aquí, aunque en su país [refiriéndose al Sáhara occidental] tienen 1.500 kilómetros de mar. Ustedes por ahora enséñenles a nadar y ojalá ellos puedan ver algún día su mar".