Un tribunal requisa los 20,6 millones de euros reclamados por Messier a Vivendi
A requerimiento de la autoridad bursátil de Francia, el Tribunal de Gran Instancia de París se incautó ayer de la indemnización de 20,6 millones de euros reclamada por Jean-Marie Messier a su antigua empresa, Vivendi Universal. Este bloqueo judicial se produce en vísperas de que un juez norteamericano inicie los trámites para ejecutar el cobro de esa cantidad, cuyo derecho le fue reconocido a Messier por un tribunal arbitral de Nueva York.
El laudo arbitral fue mal acogido por el actual presidente del grupo, Jean-René Fourtou, quien consideró que existen motivos sobrados para no pagar a su antecesor: formales, porque no hay acuerdo alguno del Consejo de Administración que aprobara la indemnización, y de fondo, porque Messier condujo a Vivendi Universal al borde de la suspensión de pagos y dejó al grupo endeudado en 36.000 millones de euros -el récord de su historia-, tras haber perdido el 80% de su valor bursátil. Sin embargo, Vivendi era prisionero del acuerdo negociado en su día para que Messier abandonara "voluntariamente" la empresa, hace poco más de un año.
La dirección del grupo no ha confirmado ni desmentido datos publicados por varios diarios franceses, según los cuales ambas partes se comprometieron a respetar las decisiones arbitrales y a renunciar a la vía judicial. Con esta base, los abogados de Messier estimaban que Vivendi Universal no tenía escapatoria para eludir el pago, una vez dictado el fallo arbitral de Nueva York.
Así estaban las cosas hasta que ha intervenido la Comisión de Operaciones en Bolsa (COB), en funciones de autoridad bursátil de Francia. Este organismo informó ayer de la intervención "urgente" del tribunal jurisdiccional competente, cuyo fallo ha consistido en dictar la orden de incautación, que sólo podrá ser levantada cuando la asamblea general de accionistas de Vivendi Universal pueda pronunciarse sobre "las circunstancias por las que [el Consejo de Administración] no siguió el proceso legal de autorización".
La indemnización en juego multiplica por cuatro los 5,1 millones de euros percibidos por Messier, a título de sueldo, en 2001. Ése fue el último año completo en el que estuvo al frente de Vivendi Universal, si bien en los seis meses posteriores cobró más que todo el salario percibido durante 2001.
La indemnización en juego haría aún más redonda la operación de sacar todo el partido posible a la leche derramada. Cuando se encontraba en la plenitud de sus funciones, Messier escribió que los que están al frente de una empresa ya saben que son revocables en todo momento, y se pronunció en contra de "negociar un paracaídas de oro" (indemnización especial), porque cobran lo suficiente. El ex presidente de Vivendi Universal ha debido de comprender cuán equivocada era su filosofía de los buenos tiempos.
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