La policía vincula a grupos violentos con tres centros de reunión anarquistas
Centro social es la denominación más habitual que los grupos okupas dan a sus lugares de reunión y actividades. De todos ellos, tres, según fuentes de la investigación, están directamente relacionados con colectivos anarquistas radicales que actúan de forma violenta: el Malas Pulgas, que como tal perdió su sede física tras el desalojo del pasado octubre; el de Saidia, sobre el que la policía ha actuado en varias ocasiones; y el Pepica La Pilona, en la Malva-rosa, al que se atribuye concretamente el debate ideológico de los movimientos más violentos. Además, la policía señala que durante algún tiempo han funcionado otros dos que han quedado integrados en los anteriores.
Las acciones atribuidas al entorno de esos tres centros, no extensibles al conjunto del movimiento okupa, se remontan en Valencia al menos a cinco o seis años atrás. Y la vinculación a ellos de dos de los detenidos, Amanda C. G. y Eduardo José A. S., según fuentes del caso, no es reciente sino que se inició hace al menos tres años.
Los antecedentes de las acciones más violentas de los anarquistas radicales se sitúan en el lanzamiento de un artefacto a una gasolinera en el paseo de La Alameda de Valencia o el ataque a un furgón blindado por parte de un grupo que tenía ocupada una fábrica en el camino de Montcada hace varios años y en el que se usó una pistola simulada. A partir de ahí, según fuentes de la investigación, se detecta que hay en el movimiento okupa un sector que evoluciona hacia el radicalismo violento activo y que se deja notar especialmente durante la presidencia española de la Unión Europea.
Las mismas fuentes indican que estos grupos están operando dentro de la red del movimiento antiglobalización más extremado, lo que explicaría las relaciones con colectivos similares en Italia y en Grecia, con los que directamente se relaciona a los dos detenidos.
Pero Amanda C. G. y Eduardo José A. S., los dos detenidos inicialmente, no tienen antecedentes de ese tipo de actuaciones. Según la policía, su pertenencia al colectivo Malas Pulgas está probada, así como su relación con el núcleo más violento del anarquismo radical en Valencia. Basta ahora, según las mismas fuentes, determinar qué implicación exacta tuvieron en el atentado contra la sede Correos del pasado 24 de mayo: si enviaron el sobre, si además fabricaron el explosivo y si con ellos colaboró alguna otra persona. Entre el material incautado en los domicilios registrados ayer se encontraron manuales de elaboración de explosivos.
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