La mitad de las estaciones de tren de la segunda corona de Barcelona carecen de lavabos

Prohibido orinar. Es una prohibición que rige para usuarios de los trenes de Cercanías y de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). Para ser más precisos, la prohibición afecta a la mitad, porque sólo el 53% de las estaciones disponen de lavabos. Así lo recoge un estudio del RACC sobre las instalaciones de Renfe y FGC en la segunda corona de Barcelona, que están mejor servidas de aparcamientos: el 61,5% de estaciones ofrecen este servicio, aunque el RACC piensa que es insuficiente. Alfons Perona, de la Fundación RACC, propuso ayer que en estas instalaciones, hoy abiertas a cualquier ciudadano, tengan preferencia los usuarios del tren.

El tercero de los servicios analizados, la presencia de quiosco de prensa, es el que sale peor parado: sólo el 17,5% de las estaciones disponen de él. Y sin embargo, es el servicio que tiene más demanda. El 52,6% de los usuarios utilizan el quiosco, sólo el 18% usa el aparcamiento y el porcentaje de usuarios del lavabo es sólo del 11,8%.

La encuesta describe el funcionamiento de 20 estaciones de Cercanías y de 20 de FGC, que en general quedan en mejor lugar que las primeras. No obstante, la primera red tiene 104 estaciones, frente a las 70 de la segunda. Un portavoz de Renfe señaló la diferente representatividad de la muestra para relativizar el resultado del estudio. Asimismo, Renfe expresó su perplejidad ante uno de los datos del informe. Los usuarios valoran más el sistema tarifario de FGC que el de Cercanías. Pero esos mismo usuarios tienen dos tarifas en el caso de Renfe y pueden elegir la que prefieran, mientras que en FGC hay un único sistema de precios. El RACC reconoció que no se había realizado una ponderación de estaciones ni usuarios.

Pese a la mejor valoración global de FGC, la peor de las estaciones, según la encuesta del RACC, es la de la población obrera de Sant Vicenç dels Horts, que pertenece a Ferrocarrils. El 54% de los usuarios utilizan el tren para ir a trabajar y el 16,5% son estudiantes. Los motivos para preferir el tren al coche son evitar colas, poder leer o charlar, la comodidad y la falta de permiso de conducir.