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Columna
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Cajas chinas

Las cajas chinas, como las muñecas rusas y algunas novelas, tienen la fabulosa capacidad de contener una historia dentro de otra historia.

I. Caja de sorpresas. Las cuentas de la Generalitat Valenciana, la autonomía más endeudada, se están convirtiendo en una auténtico baúl de las sorpresas. Terra Mítica sigue multiplicando las pérdidas, la Ciudad de las Ciencias está sin acabar y la nueva ciudad sanitaria La Fe, sin empezar. ¿Lo arreglará Zaplana desde Madrid?

II. Caja negra. Ahora, Rafael Simancas promete investigar a los candidatos de su próxima lista electoral para evitar que se puedan producir deserciones similares a las de Eduardo Tamayo y Teresa Sáez en la Asamblea de Madrid. Pero aunque les pusiera una grabadora conectada a la laringe de cada diputado y visto lo que ha pasado con la caja negra del Yak-42 ¿qué garantía es ésa? Seguro que cuando hace falta, resulta que está estropeada, tiran a rebobinar y en lugar de salir los contactos con éste o aquel constructor, sale la grabación aquella de Txiqui Benegas cuando le llamaba Dios a Felipe González.

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III. Caja de resonancia. El PSOE amenaza con destapar la caja de los truenos si el fiscal general del Estado bloquea la investigación del fiscal anticorrupción sobre la trama urbanística de la Comunidad de Madrid. Pero ¡qué rayos y truenos!, si la supuesta bomba informativa se les ha quedado en una traca de rebajas. Al PSOE le falla la caja de resonancia, que es la caja tonta que tan bien manejan los listos del PP. En cambio en el Gobierno no tienen esos problemas: no había marea negra del Prestige; sí hay caja negra en el Yakovlev, pero, se siente, no funciona, aunque el resto del aparato, como dijo el ministro, Trillo estaba en perfectas condiciones; y por no haber, no hay ni dinero negro en el sector de la construcción.

IV. Caja de resistencia. Las operaciones mediáticas del Gobierno no salen gratis. Al PP puede ser, a la gente de a pie no. Ya se vio con lo de Sintel y ahora vienen los quince mil despidos con los que se pretende sanear las arcas de la compañía tras las multimillonarias operaciones mediáticas, pero para eso se hicieron con las teles, para persuadirnos de que son ajustes de una empresa privada.

V. Caja torácica. Por lo demás, no es difícil imaginar a José Luis Rodríguez Zapatero siguiendo muy atento la operación que en Singapur está realizando el doctor Keith Goth y su equipo para separar a Ladan y a Laleh Bijani, las dos iraníes, hermanas siamesas, que llevan 29 años unidas por la caja torácica y la cabeza. La caja torácica de los partidos es la caja de caudales y para algunos, la cabeza, no es más que un lugar por donde aproximarse al tronco. Si la operación de Singapur acaba exitosamente, Zapatero no debería dudarlo un instante. Lo primero, mandar a Pepe Blanco de vacaciones al mar de la China y lo segundo, fichar de secretario de organización del PSOE al reputado neurocirujano para que fuera separando a todos los balbases, tamayos y sáezes que los socialistas tienen subidos y pegados a la chepa. En el mismo paquete de fichajes podría incluir al cirujano plástico Walter Tan, que también participa en la intervención de las siamesas iraníes y cuyo concurso va a ser necesario para que los socialistas puedan encarar las próximas elecciones generales. Dos por uno, neurocirugía y cirugía estética. A la regeneración por la medicina. No hay ética sin estética.

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