Sólo los malos libros son sedentarios
Según la capacidad económica, los motivos familiares o el carácter de cada uno, las vacaciones son episodios de acción o de reflexión. O nos dedicamos a preparar el espectáculo multimedia de nuestras tribulaciones por el ardiente mundo para castigar más adelante a las amistades, o nos resignamos (si eso es resignación) al pintoresco verano en la ciudad, en la segunda residencia o en la casa del pueblo. En cualquiera de estos casos, la lectura alivia el febril angst veraniego, sus horas muertas, todas las del reloj.
Como motor de nuestros placeres estivales sugiero la excelencia literaria, lecturas de largo recorrido y de largo alcance, probar la aventura del espíritu ya que hemos rechazado esa turística aventura del cuerpo a la que los inconscientes llaman viaje. Las lecturas largas son, además, una discreta muralla contra los envites familiares. La diplomacia más alta es no levantar la vista del libro.
Las lecturas largas son una muralla contra los envites familiares. La diplomacia más alta es no levantar la vista del libro
Huya, por favor, de los best sellers, ya sean en su forma evidente o enmascarada, ese antifaz de semicultura filistea que encierran libros como Las correcciones (volumen ideal para la antigua colección Reno), o esas obras de autoayuda casposa agazapada tras una presunta divulgación filosófica. Lou Marinoff y Alain de Botton son sospechosos hasta en el nombre.
Aunque su primera edición española es de 1993, hace muy poco se ha reeditado con honores de primicia El fantasma de Harlot (Anagrama). Su autor, el consagradísimo Norman Mailer, quizá sea uno de los escritores más irregulares y contradictorios de la literatura del siglo XX. Heredero en su primera novela, Los desnudos y los muertos, de la generación perdida y, sobre todo, de E. M. Forster, los avatares del éxito, aunados a ese carácter y a esa vitalidad que Alain de Botton desconoce, le llevaron en los siguientes libros a un cierto experimentalismo de índole político-esotérica con resultados más bien incongruentes. A mediados de los años sesenta, Mailer decide dar un rumbo nuevo a su carrera, y bajo el influjo de su ahora adversario Tom Wolfe y de su adversario de siempre Truman Capote, escribe una serie de libros-reportaje que siguen siendo obras de actualidad y están consideradas como lo mejor de su producción: Los ejércitos de la noche, Un fuego en la luna, El combate o La canción del verdugo (ésta menos: la burocracia del castigo, su inexistencia metafísica y su tedio contagian la segunda mitad del libro). Pasarían años y alguna obra interesante (Noches de la antigüedad) hasta El fantasma de Harlot, pero esta novela, como compendio de las mejores cualidades del escritor, es una obra maestra. Aquí encontramos al notable estilista, al alquimista político-esotérico y al magnífico narrador. La novela se finge las memorias de un oficial de la CIA y así puede disfrutarse en una lectura superficial. "¡La CIA vista por dentro!", como señalaría un obtuso publicista editorial. También, y más importante, El fantasma de Harlot es una excelente crónica de la guerra fría y, sobre todo, un magnífico relato sobre la corrupción espiritual del núcleo secreto de un imperio. Esta lectura se puede completar con el ensayo del mismo autor, aparecido también en Anagrama, ¿Por qué estamos en guerra? Si nos sobran vacaciones y nos ha entrado el gusanillo de la criptohistoria convertida en gran literatura, las recomendaciones se dirigen a Submundo (Circe), de Don DeLillo, y El arco iris de la gravedad (Tusquets), de Thomas Pynchon.
Otra lectura de gran altura y mucho deleite, y de la que se hablará de nuevo cuando se estrene la película basada en la última parte (mezquinas servidumbres de la literatura en el mundo contemporáneo), es la trilogía que Philip Roth ha dedicado en los últimos años a la decadencia de la sociedad estadounidense que, casi, casi, es decir, la del mundo. Pastoral americana, Me casé con un comunista y La mancha humana son tres obras maestras indiscutibles. Y lo repito: indiscutibles. Dotado de un estilo tan magnífico como transparente, de una caracterización de los personajes y una organización de las situaciones y el tiempo que roza la magia y, quizá lo más importante, una rabia por todo lo que ha pasado y lo que está pasando en la sociedad y en su alma, Philip Roth nos ha entregado en la séptima década de su vida lo que nos atrevemos a calificar como la cúspide de su carrera.
En una sociedad posmoderna, todos somos posmodernos, de acuerdo. Pero entre los posmodernos activos y vocacionales, Leonardo Sciacia nos enseñó que se puede practicar gran literatura posmoderna sin incurrir en el onanismo de ojos desorbitados (o bizcos). Tusquets ha ido reeditando en diversos formatos buena parte de su obra. La canícula y el tiempo son buenos motores, pues, para trasladarnos con la imaginación al bajomonte siciliano con mirada tangencial, pero clara. Desde El día de la lechuza hasta las obras maestras El consejo de Egipto, El caballero y la muerte, El contexto o Todo modo, se nos brinda una ocasión única para profundizar en un autor y vivir con el máximo deleite intelectual y sensible una experiencia literaria de primer orden. Se puede practicar un ejercicio semejante con J. M. Coetzee o W. G. Sebald. Es mucho mejor que el senderismo, o emular a los participantes en el Tour con una bicicleta que siempre nos queda pequeña.
Días y pájaros para recorrer España
LA CASTILLA privada de dos clásicos vivos, entre ellos el último premio Cervantes, es un buen complemento para el viaje español de dos novelistas con más de un siglo de diferencia.
De París a Cádiz
(Pre-Textos). Alejandro Dumas . "Viajó a España en 1847 invitado por el duque de Montpensier a su boda con la infanta Luisa Fernanda, asistiendo de paso, a la de Isabel II con su primo Francisco de Paula". RAFAEL CONTE
Iberia (Debate). Manuel de Lope. "De Lope ha viajado por toda España con el proyecto de conocer de qué está formada hoy su materia. El resultado abarca de momento nueve comunidades: Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Navarra, Castilla-La Mancha, Valencia, Murcia y Andalucía". FRANCISCO SOLANO
Los cuadernos de la letra pequeña (Pre-Textos). José Jiménez Lozano. "La mayor parte de los fragmentos de estos diarios se los arranca una noticia del periódico, una inquietud espiritual, las trampas de la cultura moderna, el descreimiento contemporáneo, un libro. Raramente su privacidad, a salvo". ANDRÉS TRAPIELLO
Tres pájaros de cuenta y tres cuentos olvidados (RqueR). Miguel Delibes. "La grajilla, el cuco y el carabo son los protagonistas que, en palabras de su autor, forman un 'libro de historias auténticas, vividas por mí y de las cuales son aquellos pájaros verdaderos protagonistas'. Por su parte, narrados desde el punto de vista de los protagonistas, con un lenguaje impecable y austero, los tres cuentos olvidados apuntan de manera desdramatizada pero contundente a la incomunicación humana". ANA MARÍA MOIX
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