Un detenido, cuatro días antes de las elecciones

Ésta no ha sido la primera vez que la policía detiene a alguien relacionado con el asesino del naipe. Cuatro días antes de las elecciones municipales del 25 de mayo, saltaba una noticia que sobresaltó todos los telediarios: la policía apresaba en Alcalá de Henares a F. J. A. T., de 26 años, acusado de ser el famoso criminal en serie. Los agentes estaban convencidos de que el detenido había matado a tiros el 5 de febrero al hijo de la dueña de un bar de Alcalá y a una clienta que se acercó al establecimiento a llamar por teléfono. La propietaria del local, Teresa Sánchez García, de 38 años, aunque malherida, sobrevivió y se convirtió en la única testigo de la masacre.

¿Cómo llegaron los policías hasta el acusado? Gracias a los testimonios de Teresa Sánchez García, la policía llevó a cabo un retrato robot que mostraba a un joven de unos 28 años, fuerte, moreno, con el pelo corto y cejas gruesas. No coincidía demasiado con el retrato robot hecho a base de los testimonios de las otras personas que había conseguido ver al asesino del naipe : una pareja de novios a los que el criminal intentó en vano asesinar a tiros. Aún así, la policía hizo circular el retrato robot. Un ciudadano de Alcalá de Henares llamó a la policía alertando a los agentes de que un vecino suyo se parecía mucho al hombre del retrato robot: pelo corto, 1.80 metros de estatura, complexión fuerte...

Los investigadores, al igual que hacían con el resto de las llamadas que recibían relativas al caso hicieron las comprobaciones necesarias y sometieron al sospecho a un estrecho seguimiento. Tras varias semanas de seguimiento, los agentes decidieron que el jueves 22 sería el día ideal para detenerle: el sospechoso iba a emprender un viaje a Barcelona el fin de semana. De esta manera, cuatro días antes de las elecciones, los agentes le detuvieron en su domicilio, en la urbanización de Peñas Albas, en las afueras de Alcalá de Henares. Tras la comisión judicial, la policía comenzó a registrar su casa. También inspeccionó la taquilla del gimnasio Wellness, donde se entrenaba el joven, y el mesón que regentan sus padres, junto a la estación de Renfe. Sin fruto: los agentes no hallaron nada sospechoso, ni pólvora, ni indicios, ni el arma con que se suponía el asesino del naipe perpetraba sus crímenes: una pistola Tokarev del calibre 7,62 de procedencia rusa.

Las pruebas contra el acusado se tornaron con los días más frágiles. El acusado declaró que el día del asesinato de Alcalá se encontraba con sus padres. El 12 de junio fue puesto en libertad sin fianza, aunque con cargos.