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La Guardia Civil detiene al padre que escapó de un calabozo en Granada

La Guardia Civil de Granada, a las dos de la madrugada de ayer, detuvo por segunda vez en dos días a José Luis Carrillo Barragán, el hombre acusado de llevarse a la fuerza a su hija de cinco años, que vivía con su madre en Madrid, y ocultarla durante año y medio en una antigua nave situada a las afueras de Loja. Una veintena de agentes de la Guardia Civil se presentó de nuevo en el hangar donde Carrillo ha vivido en los últimos tiempos y lo detuvo sin resistencia. La juez ordenó en esta ocasión su ingreso en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil, en la capital granadina.

Carrillo, de 42 años, escapó la madrugada del martes a través de una ventana del calabozo municipal de Loja, donde fue recluido a pesar de su reputación de delincuente escurridizo y peligroso y de que sobre él pesaba una orden de ingreso en prisión dictada por un juzgado de Málaga. Carrillo aprovechó las horas de libertad para viajar a Málaga y ponerse en contacto con un medio informativo a los que aseguró, con lágrimas en los ojos, que había tratado bien a su hija y que, aunque se la llevó consigo, no la secuestró.

En contra de la versión facilitada por el Ayuntamiento de Loja, en cuyo edificio se encuentran los calabozos donde fue recluido el prófugo, Carrillo aseguró que abrió la ventana de la celda con ayuda de un destornillador -y no de un puntero procedente de una rejilla de aire-, que le costó ocho horas de esfuerzo y que cuando saltó a un patio contiguo, aunque originó un considerable ruido, los agentes de la Policía Local parece que no se apercibieron.

Los guardias civiles, para entrar por segunda vez en la nave, un antiguo criadero de champiñones, precisaron de un nuevo mandamiento de registro dictado por el juzgado de Madrid que instruye la denuncia presentada por la madre de la pequeña por un supuesto caso de secuestro. El hombre vivía en la nave con su hija y dos mujeres que trabajaban en clubes de alterne situados a medio camino entre Granada y Málaga.

La pequeña, de siete años, continúa internada en un centro de acogida bajo la tutela de la Consejería de Asuntos Sociales cuyo titular, Isaías Pérez Saldaña, aseguró ayer en Sevilla que existe la sospecha de que la niña, durante el tiempo que vivió medio cautiva en Loja, sufrió malos tratos que le han podido dejar algún tipo de secuela psíquica.

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