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El Ayuntamiento de Valencia ordena el cierre provisional de Ca Revolta

Ca Revolta está cerrado. A las 18.00 del miércoles, dos agentes de la policía local entregaron a los responsables de la asociación cultural la resolución del Ayuntamiento por la que se ordenaba en 24 horas el cierre provisional del centro. Ayer, Ca Revolta no pudo ya abrir las puertas al público. Una orden con fecha 6 de junio y firmada por el anterior concejal de urbanismo, Miguel Domínguez -actual responsable de seguridad ciudadana-, suspende la licencia y establece el cierre para toda actividad, no sólo la prevista para el público sino también para los socios. En Ca Revolta, desde ayer, ni siquiera los responsables pueden mantener reuniones internas en la sede de la asociación.

La orden de Domínguez condiciona la medida expeditiva a que se subsanen determinadas deficiencias administrativas, que según fuentes de Ca Revolta no especifica. El colectivo que hace más de tres años pusiera en marcha en el número 10 de la calle de Santa Teresa de Valencia, en pleno corazón del casco antiguo, un espacio de actividad cultural en sus más diversas manifestaciones, tiene hoy una reunión con la jefa de servicios técnicos del Ayuntamiento.

De ese encuentro espera obtener el detalle de todo aquello que ha motivado la decisión y de cómo subsanarlo para lograr la reapertura del local.

La decisión municipal tiene su origen en un pronunciamiento del Juzgado de lo Contencioso número dos de Valencia el pasado diciembre, en el que apercibió al Ayuntamiento, multándole por ello, por no ejecutar lo que él mismo había decidido el 9 de mayo de 2001: cerrar el centro. El Ayuntamiento decidió entonces suspender la actividad de Ca Revolta por entender, tras 13 denuncias contra el centro de vecinos de inmuebles contiguos, que las actividades que allí se realizaban no se ajustaban a la licencia concedida. Sin embargo, el propio Ayuntamiento reconoció que no existe un permiso que englobe la autorización para exposiciones, conferencias, talleres, conciertos de música en directo y demás actos. Y por ello, el contencioso quedó en un punto muerto. Pero los vecinos que iniciaron el litigio reclamaron al tribunal que se ejecutara el cierre que había ordenado el propio Ayuntamiento. En los últimos meses, entre Ca Revolta y el consistorio ha habido contactos para intentar alcanzar una fórmula que evitara la clausura y permitiera la actividad ordinaria en el centro.

El acuerdo, de momento, no ha sido posible y Domínguez optó a primeros de mes por el cierre, aunque no definitivo. Ca Revolta, tras la reunión prevista para hoy, decidirá qué acciones legales tomar al respecto.

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