Itoiz: mitos y utopía
Dicen los politólogos que el mito democrático es aquel que dice que los gobernantes siguen los deseos y preferencias de sus electores. En Itoiz esta semana estamos observando como los gobernantes navarros, sin haber superado la resaca de su victoria electoral han enviado a la guardia civil y a la policía foral y a los bomberos a acompañar a las escavadoras para destruir el pueblo. Antes fue Nagore y despues será Oroz-Betelu. La cuestión es ¿cuando han preguntado a los navarros si quieren o no ese pantano y a que precio?
Muy pronto se cumplirán 20 años de confrontación y los defensores del proyecto todavía no han logrado poner en marcha el embalse. Sin embargo lo que si han conseguido es poner sobre la mesa otro mito del sistema democrático español como es el de la separación de poderes, la supuesta independencia entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial.
Es difícil encontrar en Europa un conflito tan duradero y con repetidas sentencias contra la Administración ilegalizando un proyecto, que haya seguido adelante por la voluntad de unos gobernantes empecinados en defender el mito del desarrollismo.
Yendo a Europa nos encontramos con otro mito político como es el de la responsabilidad. Al parecer lo que pasa aquí no pasa en la Unión Europea. Allí la opinión pública no permite a los políticos actuar de manera tan chulesca frente al poder judicial.
Esto desgraciadamente es otro mito. Si bien es cierto que en el Norte y Centro de Europa las dimisiones de políticos son más comunes, no debemos olvidar que la Unión Europea es principalmente un pacto económico y que los fraudes y las prácticas mafiosas del Sur europeo están bastante asumidas, al menos como un problema interno de cada estado.
Miles de personas se han movilizado estas dos décadas contra este megalomano proyecto, sin presencia de atentados violentos. Sin embargo, eso mismo han estado esperando algunos gestores políticos y económicos para sacar provecho del "sindrome vasco". Cuando en 1996 los "Solidarios" cortaron los cables, voces interesadas quisieron utilizar esa referencia mítica. El tiempo nos ha dado la razón a quienes defendimos que la desobediencia civil era la única estrategia empleada. Tras un año de parón el ilegal pantano siguió su curso y el solidario Iñaki Koch sigue en la cárcel.
Dicen que los mitos son representaciones poéticas, líricas y sentimentales para superar las contradicciones sociales. Y que por eso no pueden discutirse, ni negarse, ya que se encuentran más allá de la razón.
Y al parecer empleando los mitos citados, el democrático y el europeo, el del conflicto violento vasco y el de la división de poderes pretenden hacernos creer que sólo un minoritario grupo de radicales irredentos espera que Itoiz se salve.
No son buenos tiempos para utopías pero ese es el camino que nos queda. La utopía, pese a su mala fama, es el resultado de la razón y este movimiento social en 20 años se ha cargado de muchas razones que sin duda son su principal fuerza.
Torres más grandes han caido. Recordemos a la opinión pública, tocando en las puertas de Europa y saliendo a las plazas de Euskal Herria que tenemos razón y por ello reivindicamos la utopía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.