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Reportaje:

Un interés en especie

Los bajos tipos llevan a bancos y cajas a ofrecer más 'regalos' a sus clientes con el objetivo de captar ahorro

Cristina Galindo

Una cámara fotográfica a cambio de abrir un depósito de 5.000 euros a un año. Una olla a vapor por ingresar 1.900 euros durante 8 meses. Un juego de maletas y neceser, muy apropiado para las vacaciones de verano, por 3.250 euros en un depósito a 12 meses. No son regalos, sino una remuneración en especie a la que bancos y cajas de ahorros recurren para captar dinero cuando los tipos de interés están, como ahora, bajo mínimos.

Esta fórmula resulta a veces mucho más atractiva para los clientes que ofrecerles una remuneración en efectivo en la actualidad, con los intereses de los depósitos en torno al 2%, por debajo de la inflación, situada en el 2,7%. "Este tipo de productos suelen dar buenos resultados, tienen buena aceptación entre los clientes", señalan fuentes del sector.

Según datos provisionales de Banco de España, el interés de un depósito de entre uno y dos años era de media del 4,26% para los clientes de las cajas en 1997. En cambio, éste se reducía al 2,22% en marzo pasado. En el caso de los bancos, se ha pasado del 3,91% al 1,86%. Mientras tanto, el volumen total gestionado por las cajas a través de depósitos creció el año pasado un 10,2% y un 6,01% el de los bancos. Parte del alza se debe a las remuneraciones en especie.

Casi todas las cajas tienen ahora este tipo de ofertas. Y también algunos bancos, aunque los dos grandes, el SCH y el BBVA, no han entrado, al menos de momento, en esta guerra y están centrados en la pugna por ofrecer las mejores hipotecas a tipo fijo.

En ocasiones, esta modalidad para fomentar el ahorro puede llegar a convertir una sucursal en un comercio improvisado. Por ejemplo, el folleto de Caja Castilla La Mancha muestra hasta hasta 10 productos: vajillas, juegos de maletas, de café, aspiradores, ollas, cadenas de música y hasta televisores. Todos ellos se entregan como remuneración en especie a cambio de contratar un depósito a plazo.

Por ejemplo, para conseguir un centro de planchado hay que ingresar 5.500 euros a 18 meses; 8.500 euros a 12 meses, o bien 19.500 euros a 6 meses. Una plancha no es el producto del siglo, pero para algunos resulta más atractivo que percibir, por su ahorro, el equivalente en dinero, que se situaría entre el 2,09% y el 1,74% TAE. El Banco de España pide a las entidades que realizan estas ofertas que publiciten el TAE equivalente que supone el objeto entregado.

Una de las campañas más llamativas fue la del SCH en las Navidades pasadas. El banco aprovechó estas fechas tan típicas para distribuir jamones ibéricos con el Depósito Supernavidad. Con una aportación de 10.000 euros a un plazo de un año, el ahorrador conseguía un jamón, valorado en 160 euros, que se complementaba con una remuneración en efectivo. Era la primera vez que el TAE se transformaba en un producto perecedero. El SCH repartió más de 30.000 jamones en los primeros 10 días de comercialización de este producto.

Con muchos bancos y cajas convertidos en bazares, la logística juega un papel clave. En el caso de los jamones, el cliente recibía un vale para canjearlo en El Corte Inglés. Normalmente no sucede así. Por lo general, las entidades disponen de un pequeño almacén que es abastecido directamente por los proveedores de los productos. En este caso, la entrega es inmediata. O bien el cliente contrata el producto, la entidad hace el encargo a su proveedor, y a los pocos días pasa a recogerlo por la sucursal.

El pago en especie para captar ahorro es ya una práctica tradicional, junto a los regalos por domiciliar nóminas, contratar hipotecas, tarjetas de crédito... En este sistema, uno de los pioneros fue el BBVA con su Libretón. "Hay muchos adictos a los regalos", explican fuentes del sector. No es extraño el caso de clientes, sobre todo gente mayor, que tienen media casa decorada y equipada con ellos.

Estas ofertas también dan pie a todo tipo de picaresca, sobre todo cuando se trata de hacer un ingreso en efectivo sin un plazo concreto. Así, el cliente, una vez se ha llevada a su casa el juego de copas para postre, retira el dinero. Las entidades han tomado algunas medidas, como exigir que estas imposiciones no se deriven de una transferencia de otra cuenta interna. "Siempre encuentras el caso de un cliente así, existe ese riesgo, pero es residual", aseguran.

Tanto los regalos como las remuneraciones en especie han sido objeto de duras críticas por parte de los comerciantes. "El comercio siempre se ha opuesto a que los bancos utilicen los regalos para captar ahorro", explica el portavoz de la Confederación Española de Comercio, Miguel Ángel Fraile. "Lo que tienen que hacer es mejorar sus ofertas desde el punto de vista financiero", añade.

España es el único país de la UE que ofrece este tipo de remuneraciones en especie, afirma Fraile. "No es su negocio", recalca. La oposición de los comerciantes, y de algunas organizaciones de consumidores y fabricantes, se remonta a la década de los ochenta. Entonces, cuenta Fraile, Cepyme y la Asociación Española de Banca llegaron a un acuerdo para terminar con estas ofertas, pero el compromiso no duró mucho tiempo. "Al menos, se logró que tributaran".

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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