_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Solsticio

Manuel Vicent

Las hogueras del solsticio de verano tienen en Europa diversas interpretaciones mitológicas. El sol detenido en lo alto de la cúpula celeste inicia ese día su lenta caída hacia la oscuridad y hay que iluminarle el camino con procesiones de antorchas y ruedas de fuego. Antiguamente también se creía que al quemar las basuras domésticas en la noche de San Juan el humo asfixiaba a ciertos dragones alados, que por la excitación del calor copulaban en el aire y cuyo semen se derramaba sobre los ríos y los pozos hasta emponzoñarlos. Cuando vine al mundo, estos reptiles fabulosos ya no existían. De niño, siempre me contaron que estas fogatas estivales se encendían sólo para ahuyentar a los mosquitos. Hasta esa ínfima categoría habían sido degradados los monstruos sagrados que poblaron la Edad Media. Pero un año ya muy lejano el solsticio de verano coincidió con la fiesta del Corpus. Recuerdo aún el olor a incendio de rastrojos de aquella tarde en que sucedió este misterio que nunca me ha sido revelado. Se acababa de segar el trigo y para conmemorar que el pan ya estaba asegurado se llevó por la orilla del mar en procesión ese cereal convertido en Dios. La sagrada forma despedía rayos de oro desde su ojo blanco que todo lo veía. El desfile lo abrían unos animales mitológicos de cartón que iban danzando alrededor del palio a cuya sombra la custodia era llevada por un enorme insecto revestido con terciopelos bordados. A orillas del mar, una multitud arrodillada presenciaba en silencio el paso de los espectros y desde mi uso de razón recién adquirido pude contemplar que a esta comitiva la cerraban las autoridades eclesiásticas y civiles, pero ninguna era humana. Había entre ellas unos mosquitos de dos metros de alzada que pasaban erguidos entre otras fieras paganas, tarascas, basiliscos, leones de orejas puntiagudas. Las noches blancas boreales están presididas por vírgenes coronadas con azucenas que encienden antorchas para guiar hacia su sexo a los dioses jóvenes. Pero en el mediodía el solsticio de verano está bajo el espíritu del cereal y el semen de los dragones. Cuando la procesión llegó a la oscuridad, todos los animales mitológicos y los insectos revestidos se adentraron en el mar y se fueron sumergiendo en el abismo, pero la custodia de oro quedó en la superficie del agua hasta convertirse lentamente en un gran fuego sobre los espectros ahogados. Desde entonces, siempre que pongo los pies en el mar la noche de San Juan lo veo resplandecer.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_