El solitario de la sucesión
Mientras Mariano Rajoy dice ignorar cuándo tendrá lugar la sucesión de Aznar, Rodrigo Rato no da puntada sin hilo en esa dirección
"No sé si en ese momento ya sabremos quién será el sucesor, fundamentalmente por dos razones: porque no lo sé, ni tampoco sé cuándo va a ser la fecha de las elecciones", dijo el viernes pasado, 20 de junio, al término de la reunión del Consejo de Ministros, el vicepresidente primero del Gobierno, ministro de la Presidencia y portavoz, Mariano Rajoy, al ser preguntado por un eventual retraso en la sucesión de José María Aznar por el calendario electoral en la Comunidad de Madrid.
-Es difícil plantearse retrasar, porque no hay ninguna fecha para designar al sucesor. Puede haberla, pero no la conozco. Aquí se ha hablado del otoño, que no es que sea un concepto jurídico indeterminado porque comienza en septiembre y termina el 21 de diciembre, chanceó.
Su única referencia exterior al PP es la yugular de José Luis Rodríguez Zapatero
Ningún otro alto cargo del Gobierno despliega en tantos campos sus intervenciones públicas
Tiene Rajoy más razón que un santo; sólo sabe que sobre la sucesión no sabe nada. Y no es que otros sepan más. Por ejemplo, Rodrigo Rato. Una cosa es saber o no saber y otra tener un plan. Así como la dirección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) parece tener un plan que pone en práctica para mitigar la crisis en la Comunidad de Madrid, Rato tiene el suyo para la sucesión.
¿Cuál es el plan de Rodríguez Zapatero? Nadie podría decirlo mejor que Dashiell Hammett en su novela Cosecha Roja, que transcurre en un pueblo al que todos llaman Poisonville o Ciudad Veneno.
"Lo más parecido que tengo a un plan es sacar a relucir cualquier trapo sucio, todos los trapos sucios que puedan inculpar a los demás y utilizarlos plenamente. Puede que ponga un anuncio: 'Se busca un crimen: macho o hembra", dice el detective.
¿Y cuál es el plan de Rato? No hay ningún otro alto cargo del Gobierno que despliegue en tantos campos diversos sus intervenciones públicas. En la crisis de la Comunidad de Madrid, con la defensa incondicional de su amigo Ricardo Romero de Tejada, secretario general del Partido Popular de Madrid, que recibió en la sede de Génova a Francisco Bravo Vázquez -amigo del diputado autonómico socialista Eduardo Tamayo- para analizar un proyecto, fallido, de golpe municipal en el pueblo de Sevilla La Nueva; acto seguido, en la exposición de la moda española organizada en el Museo Reina Sofía. Pero también en Roma, con su homólogo italiano, Giulio Tremonti, para preparar la presidencia italiana de la Unión Europea.
Y ya de vuelta a la capital española, Rato ha vuelto a la crisis madrileña al denunciar un presunto pacto entre Rafael Simancas y los dos diputados autonómicos de la discordia, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, y, sobre todo, se ha ocupado de sí mismo, al abordar el tema del préstamo de 525 millones de pesetas del Hong Kong Shangai Bank (HSBC) concedido a la empresa Muinmo, de la que el vicepresidente segundo es accionista junto con sus hermanos.
El tema del préstamo volvió a salir a flote esta semana a raíz de que se levantó el secreto del sumario en el caso Gescartera. Según una comunicación del citado banco, la empresa Muinmo, junto a otras, formaba parte, dentro de la entidad bancaria, de la categoría de "clientes especiales". El citado crédito se conoció con ocasión de la investigación parlamentaria del caso Gescartera, en noviembre de 2001. Pero Rato no ha desaprovechado la circunstancia para salir al quite de las acusaciones y sospechas socialistas sobre presuntas irregularidades. El pasado jueves, el vicepresidente segundo y ministro de Economía explicó que por ser él un alto cargo público la empresa familiar debía someterse a un escrutinio más severo de la banca.
-Ser cliente especial no es un privilegio sino un requisito establecido por las reglas financieras internacionales. Lo de especial no es ningún chollo.
Rato parece estar jugando a la sucesión de Aznar como quien juega al solitario. Su única referencia exterior al PP es la yugular de José Luis Rodríguez Zapatero. Por algo será.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.