Socios y otras sorpresas
La cooperación con socios extranjeros a través de las denominadas joint venture es la fórmula habitual que utilizan las empresas para iniciar una aventura exterior. Pero a veces hay sorpresas.
Alberto Maestre, director de exportación de Fermax, el fabricante valenciano de porteros automáticos, explica que ha tenido que despedir a todos los directivos locales de la planta de producción de la empresa en China y desplazar a tres empleados de confianza para controlar la marcha de la factoría. "Cuando empezamos a ganar dinero comprobamos que nos engañaban y tuvimos que despedirlos a todos", explica. Fermax se instaló en China en sociedad al 50% con empresarios locales porque así lo exigía la legislación.
Ahora controla el 100% de la empresa. El negocio marcha. Pero ciertas actitudes siguen siendo inexplicables para los gestores españoles. "Un ambiente laboral efectivo y eficiente exige que haya diálogo con los trabajadores", comenta Maestre, "pero los chinos no están acostumbrados a hablar con el jefe". "Aprenden rápido, son disciplinados, pero actúan como militares", añade.
El idioma, sin embargo, no es un problema. "La crisis en Argentina ha expulsado a muchos miembros de la colonia china que han optado por volver a casa y hablan un español magnífico", comenta Maestre, "y en la universidad china el segundo idioma extranjero más demandado es el español y resulta increíble el dominio que tienen los estudiantes sin haber salido nunca de su país".