"Al español le falta carácter ganador"

Tras perder el primer partido de la final de la Liga ACB, Dejan Tomasevic entró en el vestuario del Palau a patadas. A sus 30 años, este pívot serbio ganador de todo -campeón del mundo y europeo y subcampeón olímpico; siete Ligas y tres Copas- odia profundamente perder. El Barcelona derrotó por 76-74 (1-0) al Pamesa el jueves y hoy (19.30, Canal +) se juega el segundo choque.

Pregunta. ¿Títulos ganados?

Respuesta. No lo sé. Creo que, importantes, 18.

P. ¿Cómo fue su infancia?

R. No como ahora, que el niño se pasa el día con la Playstation. Yo estaba siempre fuera de casa, jugando. A los 14 años empezaron los problemas en mi país y pasé diez muy malos. Es horrible cuando vives con alguien 80 años y te pegas con él. Y eso que yo tuve suerte: no tenía familia en Croacia ni en Bosnia, pero sí amigos con 30 personas encerradas en su casa.

P. ¿Le interesa la política?

R. No, nunca. Mi política es el deporte. Sólo diré que, en España, ustedes viven muy bien y tienen mucha suerte.

P. Usted creó una fundación humanitaria tras la guerra.

R. Sí, con otros jugadores y entrenadores. Ayudábamos con dinero a gente que se había quedado sin familia o sin casa.

P. ¿Siempre en el baloncesto?

R. No; hasta los 15 años jugué al fútbol, de delantero y central, como mis amigos Mijatovic y Djukic. Luego, empecé con el basket, pero a los diez entrenamientos dijeron que no servía, que no tenía talento, y estuve dos años sin tocar un balón. Volví a jugar con 17 y pronto llegué al Estrella Roja.

P. ¿Qué estudió?

R. Mi madre quería que estudiase matemática electrotécnica. Las matemáticas me sirven para jugar. Si eres listo, te adelantas al defensor. No es sólo dos por dos. Te ayudan a pensar rápido.

P. ¿Cómo se define?

R. Nunca hablo de mí ni como jugador ni como persona.

P. Ya no es tan individualista.

R. Es más fácil ganar si cada uno mete diez puntos. Tienes más opciones en el ataque y eres más difícil de marcar. Con 24 años, era más individualista. Quería meter siempre 30 puntos. Ahora sólo me interesa ganar.

P. ¿Qué aprendió en el Tau?

R. Fue un curso muy duro, pero ganamos la Liga y la Copa. Allí, con Dusko Ivanovic, cambié como jugador. Antes jugaba para mí; después, para el equipo. Ivanovic es muy duro, pero eso no importa si ganas.

P. ¿Usted odia perder?

R. Cuando te entrenas, cuando duermes con jugadores yugoslavos, sólo sirve ganar. En España no es igual: la Liga es muy relajada. Cuando el español pierde, piensa "no pasa nada, mala suerte". Le falta carácter ganador. Yo, si pierdo, ni como ni hablo.

P. ¿Qué haría por ganar?

R. Si hay que jugar duro, lo haré. Si me tengo que romper la cabeza, me la romperé.

P. ¿Conoce otras mentalidades tan fuertes?

R. Sí, los argentinos. Son como nosotros. Siempre quieren ganar. Eso me gusta mucho.

P. En las semifinales de la Copa ULEB, usted jugó tras salir del hospital por una apendicitis.

R. No quería perdérmelas. En 12 años me había perdido tres o cuatro partidos por lesión y en los últimos dos meses muchos más. Eso no me gusta nada.

P. ¿Su compañero Oberto y su técnico, Paco Olmos?

R. Oberto es el mejor pívot de Europa. Jugamos sin mirarnos. Olmos es el primer entrenador no yugoslavo que tengo, pero prepara los partidos como si lo fuera.