El autócrata

Aquí en Madrid vivimos inmersos en el contencioso de las pasadas elecciones autonómicas ocasionado por dos diputados del PSOE y dos empresarios del PP. Pero en el mundo pasan otras cosas no menos preocupantes y curiosas. En el mundo mundial y en el mundo español que se encuentra más allá de la M-40 madrileña. Si fijamos la mirada en el mundo exterior nos encontramos con que en Italia, por ejemplo, el primer ministro Berlusconi, buen amigo de Aznar, ha echado mano de su mayoría absoluta en el Parlamento italiano para aprobar una ley que le concede la inmunidad ante la Justicia que le tiene abiertos varios sumarios en su contra, entre ellos, uno por corrupción. En Estados Unidos y en el Reino Unido, Bush y Blair, amigos y socios de Aznar en la declaración de guerra contra Irak, están siendo denunciados ante sus opiniones públicas porque las armas de destrucción masiva que fueron el motivo principal para justificar la guerra, no aparecen por ninguna parte. Ni las armas ni Sadam Husein, que era un peligro para el mundo por amparar a los terroristas como Bin Laden. En España, Aznar, que justificó la guerra con estos mismos argumentos, suele tratar con desprecio y descalificaciones -él y sus ministros- a la oposición parlamentaria cuando, por lo visto pensará el señor Aznar, tiene la "osadía" de formularles preguntas sobre esta cuestión. En Estados Unidos y el Reino Unido, no sólo son los parlamentarios quienes piden explicaciones sino, también, los medios de comunicación. En España no sucede los mismo. Alguien ha declarado que "el PP tiene a todos los medios detrás de él bien remunerados". Todos no creo. Pero una buena parte, sí. Que se lo pregunten a Zaplana que en esto es un maestro. El caso es que en esta democracia estamos viviendo bajo un régimen de autoritarismo personal que desprecia a todo el mundo que no piense como el autócrata. Los adversarios políticos son tratados como enemigos. Y los conmilitones como vasallos. El autócrata nunca se equivoca ni tiene culpa de nada. Y es que las mayorías absolutas emborrachan de poder. En Italia, parece ser que así es. Y en España, no es que lo parezca...