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El moldavo Arcan es un "psicópata sin remordimientos", según los psiquiatras

El acusado de matar al abogado Castillo se niega a declarar en la primera sesión de juicio

Los psicólogos judiciales que han estudiado al moldavo Pietro Arcan -supuesto autor del asesinato, la madrugada del 19 al 20 de junio de 2001, del abogado Arturo Castillo durante el asalto a su chalé de Pozuelo de Alarcón- sostienen que es un "psicópata, frío y sin remordimientos", que, no obstante, sabe perfectamente lo que hace. Arcan, cuyo juicio comenzó ayer en la Audiencia de Madrid, se negó a responder a las preguntas del fiscal y de José Aníbal Álvarez, abogado de la familia de las víctimas. Sólo manifestó, a preguntas de su propio defensor, que la policía le detuvo aquella madrugada "en un puente" cercano a Pozuelo y que estaba allí porque "iba a trabajar de albañil".

Además de Arcan, se sientan en el banquillo sus supuestos compinches en el crimen: el rumano Daniel Popa y los españoles Julio Rodríguez y Manuel España. Arcan se enfrenta a una petición del fiscal de 70 años de cárcel por diez atroces delitos, y sus compinches, a cinco de reclusión. Arcan no sólo asesinó supuestamente al abogado Castillo, de 47 años, sino que también intentó asesinar a la esposa de éste, Ángeles Sierra, y agredió a las dos hijas del fallecido. El suceso, por su frialdad, conmocionó a España.Con algunos kilos más, corpulento, rapado y con pantalón de chándal y zapatillas deportivas, Pietro Arcan compareció ayer ante la Audiencia esposado y rodeado de policías que no le quitaban los ojos de encima. A todas las preguntas que le hicieron los abogados defensores, incluso a las intrascedentes, respondió con un "yo no he sido" o "yo no estuve allí...".

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Sólo se explayó algo más con su abogado, pero para decir que no había estado en el chalé de Castillo, ni había disparado y degollado al abogado ni hecho nada a la esposa de éste ni a sus hijas, aunque prácticamente todas las pruebas que constan en las diligencias le incriminan: las hijas y la esposa del fallecido le han identificado como el hombre que aquella maldita madrugada entró en el chalé, mientras dormían, y se cebó y ensañó con la familia.

Según el relato del fiscal, Arcan "concertó" con Daniel, Manuel y Julio el asalto al inmueble. Arcan portaba aquel día un macuto con un revólver marca Cobra, calibre 357 Magnum, y un cuchillo de 25 centímetros. Trepó por la fachada exterior del chalé hasta alcanzar la buhardilla del ático, cuyo ventanal estaba corrido. Eran las cuatro de la madrugada. Al oír los pasos, el abogado se despertó y se topó con el revólver encañonándole. La bala le atravesó la mano izquierda y penetró en la caja torácica. A continuación, Arcan disparó a su esposa en la región pélvica y ésta quedó inconsciente. El intruso se fue hacia el abogado, que seguía vivo, y le segó el cuello. También le golpeó en la cabeza con el mango del machete (el abogado de las víctimas sostiene que hubo "ensañamiento"). A continuación, el moldavo se dirigió a la estancia de las hijas del abogado y, tras agredirlas, las encerró en un armario.

Luego huyó, aunque fue detenido horas después. Arcan negó ayer haber estado en Pozuelo. Y eso que dos de sus supuestos compinches, Manuel y Julio, confesaron tras oírle a él que ellos mismos le llevaron en un coche ese día a Pozuelo. Los supuestos compinches también negaron haber participado en los hechos.

Aun reconociendo que esa noche llevaron a Arcan en un vehículo a Pozuelo, Julio y Manuel explicaron que fue para que éste les consiguiera un teléfono móvil que les iba a vender. Daniel relató que conocía a Arcan "de vista" y que su primer contacto con él fue en una plaza de Coslada frecuentada por ciudadanos rumanos. Contó que Arcan "no tenía papeles" y que, a cambio de 50.000 pesetas, él le ayudó a alquilar un piso en Coslada. Explicó que Arcan le contó que tenía un teléfono móvil que quería vender, por lo que le presentó a Julio, ya que estaba interesado en su compra.

Julio declaró que Arcan le vendió un teléfono móvil barato, motivo por el que volvió a contactar con él para que le vendiera otro a su amigo Manuel. Según su versión, Arcan les dijo que le llevasen a Pozuelo, que allí les proporcionaría el móvil. "Pero yo desconocía las intenciones de Arcan", concluyó Julio, quien también está preso por esta causa. Los tres supuestos compinches afirman que se enteraron de la tragedia por la televisión.

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