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Muere el presidente del Athletic

Javier Uria falleció ayer a los 41 años tras luchar contra un cáncer durante todo su mandato

El presidente del Athletic, Javier Uria, falleció ayer en la Clínica Universitaria de Pamplona, víctima de un cáncer de garganta que se le descubrió a las pocas semanas de ganar las elecciones de 2001 que le llevaron al máximo cargo del club bilbaíno. Hoy se instalará en la sede del club la capilla ardiente y mañana se celebrará el funeral en la parroquia de San Vicente de Bilbao. Uria había sufrido distintas recaídas en su salud que poco a poco le habían apartado de la vida cotidiana de la entidad bilbaína y de sus distintas empresas. El lehendakari Juan José Ibarretxe y distintas autoridades institucionales y deportivas mostraron ayer su pesar por el fallecimiento del presidente del Athletic, y el G-12 (que agrupa a los clubes de mayor presupuesto de la Liga española) suspendió una reunión prevista para ayer en Madrid.

Javier Uria ganó con amplitud las elecciones del verano de 2001, en las que compitió con su ex compañero de Junta Directiva Fernando Lamikiz -durante el mandato de José María Arrate- y se antojaba como el presidente de la renovación de las estructuras del club, manteniendo las esencias de la entidad. Con Jupp Heynckes en el banquillo y Andoni Zubizarreta en la dirección deportiva, Uria pretendía preparar el equipo para el futuro, impulsar el trabajo de cantera y, al mismo tiempo, devolver al Athletic a los lugares privilegiados de la clasificación.

Pero su trabajo más inmediato era dar un vuelco al club, demasiado anclado en las formas tradicionales de funcionamiento -más voluntariosas que profesionalizadas-, y adaptar un club histórico a las nuevas condiciones del fútbol. Sin duda, esa era la tarea más urgente y apasionante que se impuso Uria, a corto plazo, confiando los designios deportivos a su director, Andoni Zubizarreta, y a su entrenador, Jupp Heynckes, un matrimonio que, sin embargo, ha funcionado con no pocas dificultades.

Esa vocación de Javier Uria no era ajena a su condición de empresario de éxito, un triunfador de 41 años con representación en no menos de una veintena de empresas, principalmente ligadas al mundo de la construcción. Un empresario hecho a sí mismo, que perdió a su padre en la infancia y tuvo que compaginar muchas tareas en la vida hasta convertirse en lo que fue.

Asociado empresarialmente durante un tiempo con José María Arrate, anterior presidente del Athletic, Javier Uria, que era socio desde 1980, fue portavoz y adjunto a la presidencia del Athletic entre 1994 y 1998, año en el que decidió abandonar la Junta para concentrarse en sus labores profesionales. En ese periodo se le relacionó con la posibilidad de optar a cargos electos (se llegó a hablar de la Diputación Foral de Vizcaya) por el Partido Nacionalista Vasco, algo que nunca se materializó. Anteriormente había sido alcalde de Zeberio, su pueblo natal.

Sin embargo, Javier Uria siempre tuvo en mente volver al Athletic, lo que consiguió en las últimas elecciones con un proyecto basado en la renovación del club. No pudo llevarlo a cabo con la energía habitual, porque a los pocos meses la enfermedad frenó su ímpetu. Se especuló entonces con la posibilidad de una dimisión. Pero una vez superados los primeros trances (recaídas,tratamientos de choque), volvió tras el verano al sillón de Ibaigane con la esperanza de seguir siempre y dee remontar una enfermedad de la que era tratado en la Clínica Universitaria de Navarra. En las últimas fechas, sin embargo, Uria, que había delegado necesariamente muchas funciones entre sus directivos, dejó de asistir a algunos partidos en lo que se antojaba una nueva recaída que el presidente pudiera superar.

En este periodo de dos años, no obstante, Uria remodeló el apartado deportivo del club (nueva estructura del fútbol base, proyecto de organización de la cantera, nuevo organigrama de Lezama) y sentó algunos de los principios que debían inspirar al Athletic y que se habían relajado en la primera plantilla. Hace unos meses, Uria reclamó un cambio de actitud de los futbolistas profesionales para que se sintieran más implicados con el club. Y pidió negociaciones cara a cara con los jugadores.

En el apartado estructural, dio un impulso a las divisiones burocráticas, comerciales, de mercadotecnia y de representación del club en aras a una mayor efectividad presupuestaria y un impulso a la imagen del club. En este terreno, le dolió especialmente el caso Gurpegui,asunto al que dedicó sus últimas fuerzas, con toda la energía que le quedaba, aunque no con la que él hubiera deseado.

Ignacio Ugartetxe, vicepresidente del Athletic, y uno de sus hombres de máxima confianza en el club, aseguraba ayer que "la mejor forma de homenajear a Javier es seguir con el proyecto que él lideraba". En ese sentido, la directiva del Athletic ha decidido culminar su mandato nombrando un nuevo presidente que saldrá de la terna de vicepresidentes del club: Carmelo Canales, José Ramón Odriozola y el propio Ugartetxe.

Javier Uria, junto al escudo del Athletic en San Mamés.
Javier Uria, junto al escudo del Athletic en San Mamés.TXETXU BERRUEZO

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