Un fenómeno de 13 años

Siempre ha habido niños prodigio en el ajedrez, como en la música y en las matemáticas. Pero son cada vez más jóvenes, por el uso de computadoras en el entrenamiento. El más precoz de la historia es el ucranio Serguéi Kariakin, de 13 años, que el viernes perdió por la mínima (1,5-2,5) la semifinal del torneo de León ante el búlgaro Véselin Topálov, 6º del mundo.

A los cinco años, Serguéi ya sabía jugar al ajedrez; le había enseñado su padre, empresario, a petición del niño, impresionado por un reportaje que vio en la televisión. Pero no sabía escribir, así que no podía apuntar las jugadas. Por esa razón, los participantes del torneo de Simferópol (península de Crimea) de 1995 tuvieron que reunirse para votar si permitían jugar al prodigioso Kariakin. Éste fue admitido, y celebró su primera victoria saliendo de la sala con volteretas acrobáticas, otra de sus aficiones infantiles, junto al fútbol, el tenis de mesa, las novelas de Agatha Christie y Sherlock Holmes, y los juegos de estrategia en el ordenador.

A los 5 años ya jugaba al ajedrez, pero no sabía leer y no podía apuntar las jugadas

A los doce, Kariakin ya era el gran maestro más joven de la historia. La precocidad en el logro de esa categoría tiene mucho que ver con la informática. Como todos los ajedrecistas de cierto nivel, Serguéi maneja una base de datos con más de dos millones de partidas, disputadas desde el siglo XVI y clasificadas por jugador, apertura o defensa, tipo de posición, etcétera. Los programas del nivel de un gran maestro cuestan unos 50 euros. Un niño aprende hoy en un mes lo que antes en un año.

Su madre, Tatiana, profesora especializada en deportes, no sabe si su hijo es un superdotado porque nunca le han hecho una prueba de inteligencia. "Sí veo que mentalmente es muy maduro para su edad, sobre todo por la seriedad ante el tablero. Fuera de él es alegre, aunque tímido, y se parece más a un niño normal", explicó ayer en León.

"Por cierto", agregó la madre; "noto que Serguéi se siente ya familiarizado con España, como si fuera su segundo país". El Mundial sub 10 de Oropesa del Mar (Castellón) en 2000 -fue subcampeón- y al Torneo de las Estrellas de Benidorm en 2002, donde venció al español Alexéi Shírov (subcampeón del mundo en 2000), constituyeron su primera incursión española. Dos años antes había roto otra marca de precocidad: trabajó como analista de su compatriota Ruslan Ponomáriov, campeón del mundo oficial.

Serguéi sólo va al colegio para los exámenes, aunque tiene una profesora particular. "En Ucrania, ser un ajedrecista de élite es tan prestigioso como ser médico o abogado. Pero la crisis económica es tremenda, y dificulta que recibamos ayudas para impulsar la carrera de Serguéi", se lamenta su madre.

Como ya ocurrió en la infancia de Vallejo, campeón del mundo sub 18 en 2000, y del azerbaiyano Teimur Radyábov, vencedor (a los 15 años) de Gari Kaspárov hace tres meses en Linares, Kariakin no sólo domina la táctica sino que asombra por su virtuosismo estratégico, algo muy raro entre los niños.

Él dice que será campeón del mundo absoluto a los 16 años. Su madre matiza: "Me parece demasiado pronto, pero ese es su mejor estímulo".