"Estoy dispuesto a buscar una solución si me recibe Zapatero o alguien de su equipo"

Eduardo Tamayo, el diputado socialista cuya deserción ha dejado sin mayoría absoluta a la izquierda en la Comunidad de Madrid y ha provocado la mayor crisis institucional de los últimos 14 años, se puso ayer en contacto telefónico con EL PAÍS a las 18.30 y habló durante 20 minutos para explicar sus razones.

El parlamentario, expulsado del PSOE tras su ausencia del pleno del pasado martes, aseguró que está dispuesto a "buscar una solución" si "José Luis Rodríguez Zapatero o alguien de su equipo" le recibe para poder explicar "sus razones políticas". "Quiero que quede claro que eso no significa por mi parte una situación de debilidad. Pretendo plantear algo que vengo defendiendo desde hace tiempo. Llevo luchando contra la corrupción en mi partido muchos años y ahora ha llegado el momento de plantarme si alguien no pone freno. Y después, una vez que me escuche Zapatero, ya veré si entrego o no mi acta".

"Me esperaba un expediente o una sanción, pero no que cerraran las puertas"

Tamayo asegura que todas las acusaciones de tramas inmobiliarias que maneja la dirección socialista son infundadas. "Me pueden presentar una denuncia ante la Fiscalía o 40. Me dan risa. Yo no tengo nada. Esos 25.000 metros cuadrados de suelo que tengo, y con los que supuestamente he hecho negocios, corresponden a un terreno rústico, al que ni siguiera llega el agua del Canal de Isabel II". Tiene esos terrenos en una sociedad con el ex alcalde de La Cabrera, Fernando Martínez Jorrín, quien le defendió de forma entusiasta el pasado viernes: "Es un hombre como la copa de un pino", dijo a este periódico.

Tamayo continúa: "Y esa empresa inmobiliaria que dicen que tengo carece de toda actividad. No hay nada de nada. No podrán encontrarme nada porque no tengo nada que ocultar. Ni me ha pagado el PP ni me ha pagado nadie".

Además, agrega, "si como dicen algunos me hubieran pagado 1.000 millones de pesetas, ¿no sería mejor que me hubiera fugado a Miami en lugar de estar de hotel en hotel?". Tamayo asegura que tiene las tres facturas de hotel en su poder. "Las he pagado yo. Dos de ellas, con mi propia tarjeta Visa y la otra, una persona distinta para evitar que me siguieran acosando".

De Enrique Cabezas, el constructor que supuestamente le pagó la estancia en el hotel y los guardias de seguridad, asegura que no le conoce. "No sé ni quién es. ¿A mí qué me cuentan?". Tamayo mantiene la versión de que su espantada del pleno vino precedida de avisos muy serios a dirigentes del PSOE. "Rafael Simancas lo sabía porque se lo dijo Ignacio Díaz [número dos de Renovadores por la Base] el domingo en el comité regional. Y no hizo nada".

Cuando se le recuerda que Díaz ha declarado que habló a Simancas de cierto malestar por el reparto de cargos, pero que no le citó a Tamayo ni le dijo que había intención de ausentarse del pleno, el diputado socialista replica: "Bueno, está bien. Si al menos sabía que había malestar en el grupo, todo el mundo sabe que el capitán de ese grupo en la Asamblea de Madrid soy yo, y no habló conmigo".

Quien sí dialogó con Tamayo fue el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, el lunes a las 20.50. "No me hizo ningún caso. Le advertí que los compromisos alcanzados con mi grupo no se estaban cumpliendo. A lo mejor no me entendió porque tenía prisa y sólo miraba el televisor. Me llegó a decir que ya lo solucionaría. Como ha dicho de los problemas que hemos tenido en las agrupaciones, sin hacer luego nada".

Tamayo mantiene que la dirección socialista y Rafael Simancas pretendían dar el 50% del Gobierno a Izquierda Unida pese a que sólo ha sacado el 5% de los votos. "Si hay que darle algo más de ese 5%, a mí no me importa. Se le puede dar el 10% de los cargos. Pero también tienen que cumplir con el 40% de la Federación Socialista Madrileña que perdió el último congreso, en el que fue Simancas".

La versión que cuenta Tamayo arranca hace unos meses, días antes de que Simancas fuera elegido por el PSOE candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

"A nuestro grupo no le gustaba. Preferíamos al médico, el diputado Pedro Sabando. Y nos reunimos a cenar con él. Unos días después nos llamo Zapatero y nos convocó para decirnos: '¿Me vais a traicionar ahora? He pactado con Simancas a cambio de poner a Trinidad Jiménez al frente de la candidatura a la alcaldía de Madrid".

Según Tamayo, Ignacio Díaz, "que es muy leal al partido, aceptó". "Pero en esa reunión le planteé a Zapatero que había que resolver problemas de equilibrio en la FSM y que todo se movía en torno a personas de confianza de Simancas". Tamayo asegura que cuando tras las elecciones del 25 de mayo vio que Simancas dejaba sin cargos al grupo de Renovadores por la Base, decidió dar el paso de denunciarlo ante la dirección del PSOE.

"Pero no me hicieron caso", se queja. "Había un compromiso verbal de Pepe Blanco y Antonio Romero

[secretario de organización de la FSM] en una reunión que mantuvieron conmigo, con Díaz y con José Luis Balbás, en la que garantizaban que tendríamos representación, nuestro grupo y el encabezado por Manolo García Hierro. No han cumplido".

La expulsión le sorprendió. "No me lo esperaba. Esperaba que me abrieran un expediente y a lo mejor me sancionaran. Pero no que cerrarán las puertas de esta manera".

Tamayo asegura que acudirá a la sesión de investidura si se convoca. "Ya he dicho que pienso votar a Rafael Simancas. Y que por nada del mundo querría que gobernara el PP en la Comunidad de Madrid. Pero el PSOE debe estar dispuesto a resolver todos los problemas que existen". Tamayo es consciente de que unas elecciones anticipadas "dejarán al PSOE fuera del Gobierno, por lo menos durante las dos próximas legislaturas". Y, pese a todo, no se considera culpable. "De momento, estoy ilocalizable. Maite Sáez también, pero no está conmigo".