Miles de estudiantes protestan en Irán contra el régimen de los ayatolás

La plegaria del viernes en la Universidad de Teherán casi quedó ahogada por los gritos de los miles de estudiantes que en los alrededores del recinto repetían con furia: "Libertad", "muerte a los dictadores". Después de tres noches de protestas, los iraníes salieron ayer de día a las calles para expresar su malestar por la lentitud con que avanza el proceso de reforma y la frustración contra un sistema que se empeña en limitarles los horizontes. Esta madrugada, milicianos islámicos reprimían con porras y barras de hierro a los manifestantes que volvieron a concentrarse en el campus.

Para tratar de calmar las protestas, el ex presidente de Irán y jefe del influyente Consejo de Discernimiento, Akbar Hashemi Rafsanyani, acudió ayer a la Universidad para dirigir la plegaria. Rafsanyani aprovechó su discurso para advertir de que "cualquier intento de Estados Unidos de atacar Irán está condenado al fracaso". "El pueblo dentro de Irán", añadió", "está dispuesto a sacrificarse. El problema más grave que apunta el mundo actual es la postura que adopta Washington desde que cayó la antigua Unión Soviética: se cree que es el único caballo de carreras".

Las autoridades iraníes atribuyen la oleada de protestas, la más grave desde 1999 cuando murió un estudiante, a "injerencias" de EE UU en la política interna iraní. "Quieren cavar una fosa entre el régimen y el pueblo", dijo el jueves el líder espiritual Alí Jamenei. Esta percepción se agrava por el hecho de que cadenas de televisión de la oposición monárquica iraní que emiten desde EE UU, cuyas emisiones en farsi se captan en Teherán a través de antenas parabólicas, instaron a los teheraníes a unirse a los estudiantes para protestar contra la inmovilidad del régimen.

Al menos 40 estudiantes resultaron heridos y unos 10 detenidos tras los disturbios desatados en la madrugada de ayer, cuando radicales islamistas armados con cadenas y palos se enfrentaron a los manifestantes que les lanzaron piedras. "Jamenei abandona el trono", "Jatamí dimite", coreaban los estudiantes desafiantes frente a la presencia creciente de extremistas progubernamentales.

Las calles que llegan hasta el campus universitario habían sido bloqueadas por la policía para impedir la entrada en éste de las motos a bordo de los cuales se desplazaban los radicales. Al menos 200 agentes de las fuerzas antidisturbios trataron, como las noches anteriores, de impedir los choques, pero avanzada la madrugada se produjo el encontronazo. La policía utilizó gases lacrimógenos y porras para separar a los contendientes. Los enfrentamientos duraron hasta la mañana.

Casi la totalidad de los 80 detenidos en la primera noche de protestas se encontraba ya ayer en libertad. Los intentos de muchos teheraníes de clase media, que viven en la zona norte de la ciudad de acercarse en coche hasta la universidad, provocaron atascos descomunales.

Las protestas llegan en un momento muy delicado para Irán, cuando por una parte trata de dar una imagen de apertura y por otra se enfrenta a la posición cada día más dura de Washington en contra de lo que llama "los intentos de los ayatolás por hacerse con el arma nuclear".

Las autoridades iraníes insisten en que la central nuclear que levantan con ayuda rusa en Bushehr tiene fines civiles y no militares. Temen, sin embargo, que las presiones de EE UU fuercen al Organismo Internacional para la Energía Atómica a emitir el lunes un informe negativo al respecto.

Los medios de comunicación progubernamentales han condenado duramente las protestas, mientras que los diarios partidarios de las reformas han expresado su cautela y pedido a los estudiantes que se mantengan alerta para que "sobre todo el enemigo no se beneficie de las legítimas demandas" de los manifestantes. Así, el reformista Mardom Salari pide a los jóvenes "contención" y discutir sus propuestas "en una atmósfera tranquila", que es la que necesita la reforma para ser fructífera.

Jamenei advirtió que no tolerará que las protestas desemboquen en disturbios como los de 1999 y declaró que el régimen no tendrá piedad para con los "mercenarios del enemigo". Los manifestantes no sólo critican a Jamenei sino también a Jatamí, de quien dicen que le votaron por su campaña reformista y que después de seis años en el poder sigue sin ponerla en práctica.

El 70% de los iraníes tiene menos de 30 años y, por tanto, no participó en las masivas protestas que acabaron con el régimen del sha en 1979 y trajeron la República Islámica de la mano de Jomeini. El Gobierno teme ahora que la continuidad de las protestas desestabilice el país, que desde diciembre de 2002 no había asistido a ningún tipo de manifestación pública.