Iliescu invita a las eléctricas a invertir en Rumania

"Pocos países reúnen la condiciones de Rumania para convertirse en destino preferente de la inversión española", afirmó ayer el rey Juan Carlos, que en la noche del miércoles lanzó un mensaje inusualmente explícito a los empresarios desplazados hasta la capital rumana. "Estoy convencido", dijo, "de que los empresarios españoles que nos acompañan sabrán interpretar esta visita como un llamamiento para que incluyan a Rumania en sus planes de inversión". El presidente rumano, Ion Iliescu, invitó a las eléctricas a invertir en su país.

"Queremos que los empresarios españoles se impliquen en la privatización de los sectores de electricidad y gas", declaró Iliescu al inaugurar con el Rey un Foro de Inversiones en el que participaron más de 100 empresas españolas y 200 rumanas. La privatización de la electricidad, que ha comenzado tímidamente y debería concluir en dos años salvo por lo que se refiere a la comercialización, es la oportunidad de que entre una gran empresa -Unión Fenosa e Iberdrola están interesadas- y empiece a ser realidad el proyecto declarado por el Gobierno de convertir a Rumania en el centro de la actividad económica española en el ámbito de los 12 países del Este que se incorporarán a la UE para el 2007.

Ese objetivo se ha revelado como el motivo fundamental de este viaje de los Reyes, que comenzó en Bulgaria, país más tranquilo, normalizado y próximo, por la amistad del primer ministro Simeón.

El secretario de Estado de Comercio, Juan Costa, reiteró ayer que la prioridad en todo el Este es Rumania debido a cuatro razones. La primera es que en los últimos años, tras la brutal recesión derivada de la guerra de Yugoslavia, está consolidando un "crecimiento razonable" de en torno al 5% -el doble que en la zona- con una inflación aún elevada, pero decreciente, con un control cada vez mayor sobre el déficit y con poca deuda pública.

Más allá de la buena marcha relativa de los indicadores está un mercado de 21 millones de habitantes, que configura un país medio-grande, en el que el sector privado está poco desarrollado, ya que sólo hay unas 450.000 empresas.

La última y definitiva razón esgrimida por Costa es que, a diferencia de lo que ocurre en Polonia o en Hungría, ningún país europeo domina ni destaca en la incipiente economía rumana. Alemania e Italia son sus principales socios comerciales, con cuotas respectivas de en torno al 20%. Francia, que ha abierto una fábrica de Renault, Holanda y Alemania son los principales inversores. Pero quedan muchas posibilidades.

España está presente en Rumania, muy por detrás de los anteriores, con casi 150 millones de euros invertidos en 537 empresas mixtas. Destacan firmas como Fadesa, Losan o Fupicsa, en el sector de la madera; Unión Fenosa, Soluciona, Inoxa, Idom y Petisa, en la ingeniería; Coren y Campofrío, en el agroalimentario; Capabro, en la distribución; FCC, en la construcción, y numerosas empresas de calzado y textil que fabrican en Rumania.

El objetivo es pasar de un saldo comercial de unos 600 millones de euros, que se espera este año, a 1.000 millones en dos o tres años; e incrementar la inversión en grandes sectores como las telecomunicaciones y la banca.

Costa reconoce que en Rumania existen serios problemas de corrupción e inseguridad jurídica señalados por la Comisión Europea, pero asegura que "el Gobierno español tiene el compromiso de mantener una presencia institucional plena en apoyo de los empresarios", y afirma: "Rumania nos merece confianza por los dirigentes con los que estamos hablando. Son especialmente conscientes de la necesidad de crear un marco amistoso para la inversión".